Carlos Mota Pinto, nuevo 'hombre fuerte' del Partido Social Demócrata portugués
Francisco Pinto Balsemão es desde ayer "simple militante" del Partido Social Demócrata portugués (PSD). El primer día de trabajos del congreso nacional del PSD concluyó con una aplastante victoria del sector que apoya la sustitución del actual presidente del partido y del Gobierno por Carlos Mota Pinto, que pasa a convertirse en el nuevo hombre fuerte del Partido Social Demócrata.
Cerca del 75% de los ochocientos delegados reunidos en Portimão, en la costa del Algarve, aprobó una reforma de los estatutos del PSD que elimina el cargo de presidente y entrega la dirección del partido a un órgano de cuatro miembros. Esta reforma era la condición impuesta por Mota Pinto, el hombre que los barones socialdemócratas quieren colocar a la cabeza del PSD y que consideran como su mejor candidato al cargo de primer ministro de cara a las elecciones legislativas de abril próximo.Mota Pinto, que no quiso aceptar la jefatura del Gobierno cuando Balsemão se la ofreció en enero pasado, quiere ser el unificador de todas las tendencias que siguen dividiendo el primer partido político portugués.
Por esto impone la presencia a su lado en la dirección de Eurico de Melo, líder de la tendencia conservadora, y de Nuno Rodrigues dos Santos y Nacimiento Rodrigues, que representan el aparato del partido y una cierta "garantía hacia la izquierda". Los únicos que se resistieron a esta corriente fueron el ala izquierda o socialdemócrata de Luis Fontoura, los renovadores de Elena Roseta y los partidarios de Balsemão, encabezados por el presidente del Gobierno autonómico de Azores, Mota Amaral.
Balsemão quedó aislado en la lucha por el poder que se desarrolla en el partido que creó en 1974 con Francisco Sa Carneiro y del que era presidente desde febrero de 1981. Pero la derrota desde el primer voto del ala izquierda del partido y de los sectores que defendían la necesidad de una clarificación política dejó a los partidarios del actual líder sin posibilidad de maniobra.
La discusión de hoy sobre la estrategia política del partido queda así relegada a un segundo plano. En el congreso ha prevalecido la preocupación de encontrar una fórmula de consenso entre todas las corrientes y personalidades del PSD. En vez de una reflexión sobre las causas de la crisis política del partido y del país, se optó por sacrificar a Francisco Pinto Balsemão, considerado como el responsable de las divisiones internas en el Gobierno y en la coalición de Alianza Democrática que le apoyaba.
El sábado, Balsemão utilizó por última vez su privilegio como presidente para hacer un largo balance de su acción en el Gobierno y en la presidencia del partido. Se despidió de todos los delegados advirtiendo que no abandona el partido ni se considera vencido, a pesar de las "muchas traiciones" sufridas. Se mostró preocupado por el futuro del PSD, que se arriesga a salir de las próximas elecciones legislativas como "un pequeño partido bisagra", acorralado entre "un gran partido socialista a su izquierda y un gran partido democristiano a su derecha".
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