Todo es posible en Alemania Federal
Las elecciones del próximo domingo en la República Federal de Alemania tienen un carácter crucial y pueden originar un nuevo panorama político: desde una derechización de la política hacia posiciones similares a los años cincuenta, hasta un veredicto electoral que haga casi inviable la formación de Gobierno. Cualquier resultado entra dentro de lo posible. El presidente de Baviera, Franz Josef Strauss, dice que está en juego el destino del país, y compara las elecciones del próximo domingo con las de 1949, las primeras después de la creación de la nueva República. El presidente de los liberales, Hans Dietrich Genscher, habla de alternativa entre la economía libre y la dirigida por el Estado. Otros anuncian un período de gobernabilidad y sacan a relucir el fantasma de Weimar. Después de los fracasos en las predicciones electorales en los Estados de Hesen y Hamburgo, existen desconfianzas fundadas en la ciencia demoscópica, y el "todo es posible" está más justificado que nunca.Si se parte de un pronóstico verosímil, que da un 47% de votos a los democristianos (CDU/CSU), un 43% a los socialdemócratas (SPD), un 5% a liberales (FDP) y otro 5% a los verdes, se aprecia claramente que unas décimas, en una dirección o en otra, pueden cambiar decisivamente la marcha de la RFA en los próximos años.
En el pronóstico esbozado aquí, el futuro Parlamento Federal (Bundestag) puede tener cuatro partidos (con la entrada de los verdes), tres partidos (como hasta ahora o con los verdes en vez de los liberales) o quedarse reducido a una representación bipartidista (sólo democristianos y socialdemócratas). Basta con que verdes y liberales suban o caigan unas décimas por encima o por debajo, la RFA tendría después del 6 de marzo un panorama político completamente diferente. Sería excesivo decir -como lanzan algunos en la campaña electoral- que habría nacido otra República. Sin embargo, la nueva constelación política en un país que asimila con dificultad el cambio y la inestabilidad plantearía una situación incierta en una zona clave para la estrategia occidental, en el lugar donde se tocan las dos alianzas militares enfrentadas, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Pacto de Varsovia.
Alternativas
Siempre a la vista del simple pronóstico electoral esbozado, caben las siguientes alternativas:
1. Mayoría absoluta democristiana en el Bundestag. Se puede dar si liberales y verdes quedan por debajo del 5%. Incluso es posible con tres partidos, si los democristianos aumentan ese 47% pronosticado.
Una mayoría absoluta democristiana, con Strauss en el Ministerio de Asuntos Exteriores, daría paso a una derechización de la RFA, que probablemente se convertiría en un mero ejecutor de los planes estratégicos norteamericanos para Europa. El elemento de duda se mantiene por la absoluta imposibilidad de prever las reacciones de Strauss, capaz de toda clase de sorpresas. La hipótesis más probable sería, sin embargo, la de que el Gobierno de Bonn pasaría sin reservas a sumarse a una estrategia de tensión, sin representar el papel de freno y moderador que en su día asumió el canciller Helmut Schmidt.
2. Continuación de la actual coalición de centro-derecha (CDU-CSU-FDP). El futuro del país dependerá en este caso de las negociaciones de coalición y de la capacidad de los liberales para defender sus posiciones en política exterior. Sería la situación más continuista.
3. Mayoría de socialdemócratas y verdes. Esta posibilidad se daría si los liberales se quedan fuera del Bundestag, por no llegar al 5%, y los verdirrojos superan a los democristianos.
Sería la situación más confusa. El maximalismo de los verdes, con sus dos exigencias innegociables (no a los euromosiles y a la energía nuclear), tendría en un puño a un Gobierno socialdemócrata, que difícilmente se plegaría a las imposiciones de los ecologistas y pacifistas.
En una situación así, cabe pensar en un Gobierno minoritario sin mayoría parlamentaria, tolerado por uno o por otro, con una situación nueva en la RFA, que siempre se consideró modelo de estabilidad política.
Otra alternativa posible sería una nueva "gran coalición", democristianos y socialdemócratas, que hoy se rechaza y que pudiera dar a los verdes -como única fuerza de oposición en el Bundestag- un crecimiento notable dentro de cuatro años, lo que convertiría la crisis en algo permanente en la próxima década.
4. Mayoría absoluta socialdemócrata. Tendría que darse un "terremoto electoral": verdes y liberales por debajo del 5%, sólo dos partidos en el Bundestag y el SPD con más votos que los democristianos. Esta constelación, aparentemente inimaginable, es la que trata de conseguir la campaña electoral socialdemócrata, orientada decididamente hacia una victoria en solitario.
Las consecuencias de una victoria socialdemócrata dificultarían mucho el estacionamiento de los euromisiles y provocarían probablemente una "huelga de inversiones", con fuertes movimientos de huida de capital a otras latitudes.
La decisión caerá dentro de una semana y depende de muy pocos votos.
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