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Las alzas devolvieron la tranquilidad a los mercados de valores.

En la lesión de despedida de este que hasta ahora era tranquilo mes de febrero, el mercado parece haberse vuelto frívolo y, con un pragmático "a vivir que son dos días", ha olvidado la convulsión que todavía agita al mundo financiero español. Esta naturalmente, es sólo una versión de los hechos que, ahora más que nunca, dependen del color del cristal a través del cual se mira. La otra versión, la más consecuente, prefiere el refranero y resume la jornada de ayer con un a lo hecho pecho, que parece más acorde con las circunstancias.El vuelco que dieron ayer los mercados de valores es de todos modos inexplicable, de ahí que se recurra al refranero o al lugar común para poder presentar las cosas de alguna manera. Es de sobra conocido que entre los asiduos al mercado no hay demasiados simpatizantes de la política económica del actual Gobierno y es precisamente por esto por lo que, aunque explícitamente no se termine de aceptar la decisión de expropiar Rumasa, implícitamente se ha asumido y se está de acuerdo en que ha sido una decisión acertada.

Los resultados en los cuatro mercados han sido casi unánimes y están en estrecha relación con las pérdidas que registraron el jueves. Así, Bilbao y Valencia que fueron quienes menos perdieron, ayer también tuvieron las alzas más moderadas, mientras que Madrid y Barcelona, sobre todo esta última, tuvieron las variaciones más fuertes.

El gran protagonista de la jornada fue, sin duda, el sector bancario, ya que se esperaba con gran expectación para conocer la postura que iba a adoptar. Al conocerse, en el mercado madrileño, los saldos de las operaciones por caja para los siete grandes bancos, la incógnita se despejó y no sin cierto alivio. La demanda que registraban tres de ellos, Popular, Santander y Vizcaya, anulaba casi completamente los saldos vendedores de los otros cuatro, con un resultado final de 2.336 títulos a la venta. Las alzas que se produjeron, aunque moderadas, resultaron suficientes para terminar de imponer la tranquilidad en el parque. Por sectores, el más favorecido por la reacción fue el químico que nuevamente con Petróleos a la cabeza registró una fuerte subida a pesar de que los demás valores del grupo no tuvieron actuaciones muy lucidas. El que se mostró mejor en su conjunto, fue el siderúrgico que, sin grandes subidas, vuelve a recuperar el buen nivel que tenía. Y esta fue la tónica de la sesión, la recuperación de lo perdido.

En el mercado catalán, los resultados fueron similares y de nuevo estuvieron centrados en torno a los valores locales. La tranquilidad fue aquí la nota más destacada de la sesión y, al igual que para el resto de los mercados, las expectativas para el martes próximo son una incógnita, toda vez que al final de la sesión no había posturas definidas.

El fin de semana es largo para la Bolsa, pero en esta ocasión tal vez le resulte corto, ya que son muchos los puntos sobre los que se ha de reflexionar tranquilamente y, quien pueda, con objetividad. El asunto requiere ser tratado con la mayor serenidad posible y no son, en este caso, los prejuicios el asesor más adecuado.

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