Brasil y Surinam
(...) Después de los excesos sangrientos de los nuevos Gobiernos militares de Surinam contra la oposición democrática, fue Brasilia, al contrario de Holanda, Estados Unidos y Venezuela, la capital que reaccionó con serenidad. Los mismos políticos y periodistas anticomunistas señalaron que una intervención del Gobierno británico contra la segunda Cuba en el continente americano estaba excluida. Por el contrario, el enviado del dictador militar, capitán Desi Bonterse, fue bien recibido en Brasilia. Pero a su petición de apoyo político, la respuesta vino contundente: no intervención. (...)La petición de Surinam de que Brasil ayude a su integración con el contexto latinoamericano no encontró oídos sordos, sobre todo si desaparecen en el futuro los comunistas de Paramaribo. La época de las conspiraciones de los militares brasileños contra los países de izquierda (Chile, Uruguay) ha terminado, con una excepción: si, los simpatizantes de Cuba llegan hasta el Amazonas.
24 de febrero
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