Inminente juicio en Roma contra los dos supuestos espías de la Unión Soviética
El ciudadano soviético Víctor Pronine, subdirector en Roma de la compañía de aviación soviética Aeroflot, y el italiano Azeglio Negrino, director técnico de la empresa de microfilmación Microlito, ambos acusados de espionaje político y militar para la URSS, serán procesados por la vía de urgencia en Roma.El soviético Pronine, siguiendo los cánones de los grandes espías novelescos, no ha abierto la boca durante los interrogatorios, y los jueces han desistido. Al carecer de inmunidad diplomática, será procesado. Por el contrario, el industrial genovés Negrino está hablando por los codos y casi pertenece a esa categoría de acusados italianos denominados en los últimos tiempos arrepentidos.
Según ciertas informaciones, el industrial ha reconocido en fotografía a dos diplomáticos soviéticos con los cuales estaba en contacto para espiar. Ambos diplomáticos han sido llamados a la URSS hace poco.
Mientras tanto, se ha celebrado en Roma una cumbre entre los servicios secretos italianos y los franceses a raíz del hallazgo, cerca de Génova, del cadáver del teniente coronel Bernard Nut. Al parecer, ha resultado evidente que Víctor Pronine no era un personaje desconocido para los agentes franceses, que le seguían desde hace mucho tiempo.
Todo el material que Negrino tenía que haber entregado al soviético cuando fue detenido (se habla de 50.000 documentos microfilmados) está bajo secreto de Estado y ni los jueces pueden examinarlo.
El problema para los servicios secretos italianos y franceses es el de la presencia, cada vez más numerosa, de agentes secretos soviéticos en Europa en contacto con personas que pueden ofrecer informaciones relativas con secretos de la OTAN.
Al mismo tiempo, existe el problema de quienes pueden llegar impunemente a estos secretos de Estado en los ministerios, como ha sucedido con Negrino en el Ministerio de Defensa. Hoy surge el interrogante de por qué el Ministerio entregó un material reservado para que lo microfilmara una empresa privada, cuando se tenían en el departamento los instrumentos necesarios para hacer ese mismo trabajo.
Y aquí nacen las sospechas de corrupciones que podrían ser muy graves dentro del mismo aparato del Estado.
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