Oscar Alzaga, nueva cabeza de la DC española
La disolución de UCD "es una decisión razonable que pone punto final al sistema de partidos de la transición y facilita la consolidación de un nuevo cuadro de partidos europeos". Esta fue la escueta reacción oficial del presidente del Partido Demócrata Popular, Oscar Alzaga, preguntado sobre la última (y definitiva), decisión centrista. La satisfacción de Alzaga no resulta extraña: está a punto de convertirse en el líder indiscutible de la Democracia Cristiana española, tras muchos años de querellas internas en esta familia ideológica.A sus 40 años, Alzaga ha conseguido hacerse rico con el bufete que comparte, entre otros, con Gregorio Marañón, lo que le vincula, indirectamente al Banco Urquijo. Y, ahora, ha conseguido también imponerse como líder del siempre inquieto grupo democristiano. El Partido Demócrata Popular, nacido el pasado verano de una escisión de UCD, va a ver casi duplicados sus efectivos humanos gracias al pase masivo de militantes centristas que comparten las tesis del humanismo cristiano que predica este ex seguidor de Ruiz Giménez.
Fundador de la Unión de Jóvenes DC, fundador de Cuadernos para el Diálogo, Oscar Alzaga se integró en UCD desde los primeros momentos, para abandonaría en junio de 1.982. Sus roces con Adolfo Suárez comenzaron pronto, al considerarse preferido en la lista madrileña que concurrió a las elecciones de 1.977. Ahora aparece enfrentado con su antaño jefe político, Fernando Alvarez de Miranda, el único de los líderes de UCD, junto al propio Alzaga, que siempre rechazó un alto cargo en la Administración.
Alternativa progresista
El rechazo de Alvarez de Miranda a integrarse en la operación Alzaga, a causa de sus escrúpulos ante cualquier tipo de pacto con la Alianza Popular de Manuel Fraga, ensombrece un tanto el triunfo personal y político del líder del PDP. El veterano presidente de la Fundación Humanismo y Democracia considera actualmente la posibilidad de aglutinar, en torno a esta institución, un grupo minoritario de cariz democristiano y perfiles más progresistas que los de sus correligionarios del PDP. Ello significaría que, de nuevo, la unión de los democristianos españoles no ha sido posible, ante las divergencias sobre la política de alianzas.
Desde que creara el PDP, Alzaga ha tratado de lograr la homologación internacional de las instancias DC europeas. El propio Javier Rupérez realizó gestiones cerca del Partido Popular Europeo, con sede en Bruselas, durante su estancia en la capital belga como embajador ante la OTAN, pese a militar aún en UCD (de acuerdo con todos los indicios, habría sido precisamente en Bruselas donde. comenzó la operación de trasvase que hoy concluye en Madrid).
Pero, por el momento, estas instancias internacionales parecen hallarse algo perplejas ante la querella Alzaga-Alvarez de Miranda, que se avecina inevitablemente. El capítulo de homologaciones tendrá que esperar, sin duda, a la celebración de la próxima reunión de primavera de la Unión Europea Democratacristiana, ante la que Oscar Alzaga ha comenzado ya sus gestiones.
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