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Dos presuntos 'grapos' secuestran un camión de mudanzas e intentan, sin éxito, lanzar una proclama en Legazpi

Dos presuntos miembros de los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) secuestraron a las ocho de la mañana de ayer un camión de mudanzas y obligaron a su conductor a llevar el vehículo hasta la plaza de Legazpi, donde tenían intención de lanzar una proclama mediante un radiocasete que conectaron a dos altavoces. El equipo de megafonía falló y comenzó a emitir unos ruidos potentes que alarmaron a las personas que se encontraban en la plaza. La policía desalojó la zona y hasta el mediodía la plaza estuvo cortada al tráfico, ante la sospecha de que en el camión podía haber algún explosivo.

Un grupo de artificieros de la Policía Nacional (equipo de desactivación de explosivos) registró el camión porque los secuestradores habían dejado en el interior de la cabina dos bolsas de las que se sospechó que podrían contener algún artefacto explosivo.Posteriormente, la policía comprobó que las bolsas contenían un radiocasete, dos altavoces y un transistor. El tráfico en la plaza de Legazpi y en algunas calles de los alrededores estuvo cortado hasta el mediodía debido a las medidas de precaución de la policía que desalojó a las personas de los comercios y establecimientos públicos próximos al lugar donde se encontraba aparcado el camión, hasta que se comprobó que no había peligro de explosión.

Solicitud de mudanza

Una persona que se identificó como "el señor Ortiz" llamó en la tarde del jueves a la empresa de mudanzas y pidió que le enviaran un camión a la calle Embajadores, 212, para realizar una mudanza.El conductor del vehículo, Julián Maroto, llegó al inmueble a las ocho de la mañana de ayer como habían quedado con el presunto cliente. Allí le esperaba un hombre, de pelo negro, con bigote y gafas.

El hombre subió a la cabina del camión y amenazó al conductor con una pistola. "Me dijo que estuviera tranquilo si no quería que me pasara algo y, posteriormente, subió a la cabina una joven, que llevaba un gorro y gafas y portaba dos bolsas de deportes" dice Julián Maroto. Después, según las declaraciones del conductor, le obligaron a dirigirse hasta la plaza de Legazpi y allí le dijeron que pusiera las manos en el volante y que mirara hacia la izquierda. En esos momentos parece que los dos secuestradores trataron de poner en marcha el mecanismo del magnetófono y, posteriormente, salieron del camión.

"Cuando bajamos del camión", dice Julián Maroto, "me cogieron cada uno por un brazo y tomamos un taxi; fuimos a Atocha y allí nos bajamos y me dijeron que me fuera sin armar escándalo". El conductor del camión, casado y de 33 años, llamó desde una cabina a su empresa para contar lo que había ocurrido y desde allí llamaron a la policía.

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Equipo de megafonía casero

Según la versión de la policía y del director de la empresa de mudanzas, Urbano Alonso, que se desplazó inmediatamente hasta la plaza deLegazpi para ver lo ocurrido, el casero equipo de megafonía que pensaban montar no funcionó correctamente y comenzó a emitir ruidos extraños y muy potentes que provocaron la alarma de las personas que se encontraban en esos momentos en la plaza. Al menos cuarenta vehículos de las policías Nacional y Municipal se desplazaron a la plaza de Legazpi y el tráfico quedó cortado durante cerca de dos horas. La policía inspeccionó ocularmente el camión y decidió llamar al grupo de desactivación de explosivos, puesto que en el interior de la cabina había dos bolsas que infundieron sospechas.Los artificieros de la policía Nacional ordenaron desalojar la zona hasta que comprobaron que no había ningún artefacto explosivo.

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