El ex policía nacional Francisco Ros afirma ante los jueces que los reportajes de Xavier Vinader son una invención
., Francisco Ros Frutos, ex policía nacional, denunció a Interviu y al periodista Xavier Vinader, ayer, en la sala de vistas de la Audiencia Nacional, durante el interrogatorio, de casi una hora, a que le sometieron el fiscal, la acusación particular y su defensor. Se juzgaba su participación en los reportajes que publicó la revista Interviú sobre actividades de la extrema derecha en el País Vasco y que le han valido a su autor, Xavier Vinader, una condena de siete años de cárcel. El ex policía la negó casi de plano.
Los diez mandamientos de la argumentación de Ros se encerraron machaconamente en dos a lo largo de sus respuestas: un impulso ético le llevó, en su día, a dejar la Policía Nacional y a denunciar ciertas anomalías que detectó en el cuerpo; en segundo lugar, es una víctima de una patraña urdida a su costa por un periodista y la publicación que acoge sus artículos.En diciembre de 1979, Interviu publicó dos reportajes, en forma de entrevista, con Ros Frutos, firmados por Vinader, y en los que el ex policía nacional aportaba datos sobre las actividades de presuntos miembros de la extrema derecha en el País Vasco. Jesús García y Alfredo Ramos, dos de los citados en aquellos reportajes, resultaron asesinados por ETA poco tiempo después. Sobre este soporte se ha sustentado la condena de Vinader y se piden para Ros dos penas de seis años y un día como cómplice de dos asesinatos o, alternativamente, las mismas penas por un delito de colaboración con bandas armadas. Estas son las conclusiones que el representante del ministerio fiscal elevó ayer a definitivas. Por parte del acusador particular, el letrado Santiago Segura -que defendió en la causa del 23-F al teniente general Milans del Bosch, entre otros acusados-, se piden para Ros dos penas de 20 años y un día, como autor de dos delitos de asesinato, tres años por colaboración con bandas armadas y dos multas de medio millón de pesetas por entender que hubo también dos delitos de calumnia.
Los archivos secretos
El interrrogatorio del fiscal a Ros Frutos se inició indagando sus actividades en la Policía Nacional. Ingresa en el cuerpo en 1977 y permenece por espacio de dos años y medio, aproximadamente. Los últimos dos meses y medio de su carrera policial los pasa en Bilbao, destinado en el acuartelamienrto de Basauri, y allí -afirma- detecta "focos de violencia, vi cosas raras, armas sin licencia, balas que entraban sin saber de dónde...".El fiscal quiere saber si denunció los hechos a sus superiores, y Ros responde que lo hizo y que se le contestó "que volviera la cabeza". Se indaga también sobre su acceso a los archivos reservados, y el fiscal trata de saber si se produce por orden de la superioridad o por su propia inciativa. Los servicios que Ros presta en Bilbao son los habituales de vigilancia, en coche o de patrulla, y no hay manera de concretar cómo se produjo ese acceso.
Luegos Ros cuenta que entra en contacto con Interviu de manera casual. En el hotel La Habana, de Madrid, reconoce un buen día a Manuel Trives, periodista de Interviu y murciano, como el acusado. Hablan, comentan sus actividades y se abre la posibilidad de un reportaje.
Ya antes ha surgido en Ros la decisión de adoptar "una postura ética", de denunciar las irregularidades que ha creído descubrir durante su estancia en la Policía Nacional, y ha decidido trasladarse a Bilbao para atar cabos e investigar en esa línea. El contacto con Interviu intensifica esta actividad y se instala en la capital vizcaína, adonde, ulgunos días después, llega Trives, con el que comparte habitación. En sus pesquisas conoce, también de manera casual, a Jesús García, propietario de un bar en Baracaldo -uno de los que finalmente resultó asesinado por ETA-, y comenta con él temas sobre actividaes ultraderechistas.
Según Ros Frutos, el periodista Trives actúa en Bilbao en otra línea; deciden abandonar las investigaciones sobre actividades de miembros de la Policía Nacional y entrar en el asunto de las tramas ultraderechistas, sobre todo a partir de la llegada de Vinader, dispuesto a investigar en esta dirección. Así llega a oír unas cintas magnetofónicas, que Trives le hace escuchar, con datos sobre esas tramas, y en estas andanzas se produce un atentado contra el ex policía, del que resulta herido en el vientre.
No ha leído todo
A partir de ahí las cosas se precipitan. Mientras está internado en un centro hospitalario, Trives abandona Bilbao y aparece de nuevo en escena Vinader, que, según Ros Frutos, acude a la clínica, le hace unas fotografías y se lleva de la habitación del hotel todas sus ropas, pertenencias y unas fotografias que se habían hecho durante las visitas al bar de Jesús García. Todo lo demás, según Ros, es pura invención de Vinader. El nada dijo, nada contó y nada sabe."Yo vi", dijo Ros, contestando a su abogado, "que lo que decían los reportajes es lo que había oído en las casetes de Trives. Vinader aprovechó para hacer el montaje y darle forma poniéndolo en mi boca. Los reportajes me parecieron una estafa".
Entre tanto, aterrorizado por la agresión que ha sufrido, Ros se esconde en Alicante y no vuelve a tener contacto con Vinader. Llama a la revista para protestar pero le dicen que el periodista está en el extranjero.
En otro momento, y durante el interrogatorio del acusador privado, afirmó que el segundo reportaje de la serie no ha llegado a leerlo "porque me da asco".
Al presidente del tribunal, Gonzalo de la Concha, que condujo los debates con una mezcla singular de energía sin autoritarismo y minuciosidad procesal, debieron intrigarle varias de las respuestas de Ros Frutos, y abundó en un amplio interrogatorio -como luego lo hizo con el testigo periodista-. Preguntó a Ros si Vinader le había dejado sin pantalones al llevarse sus pertenencias del hotel y se interesó extensamente por las fotografias en el bar de Jesús García. Según Ros, los pantalones con los que salió de la clínica fueron los mismos con los que entró, y las fotografías fueron hechas como recuerdo y ningún periodista las había visto hasta que Vinader se las apropió.
Un encuentro no tan casual
La declaración del único testigo que compareció -no lo hizo Vinader, ni tampoco Darío Jiménez de Cisneros, director de Interviu cuando se produjeron los hechos- fue sustancialmente distinta a la del ex policía.Trives, que trabajaba entonces en aquella revista, negó que el encuentro con Ros fuera casual y que lo conociera con anterioridad. Acudió al hotel de Madrid por encargo de su director y para una entrevista convenida con Ros. Comienza la colaboracíón entre ambos. Se encuentran en Bilbao y los datos que surgen en torno a las actividades de la extrema derecha aconsejan la presencia de Vinader, más experto en el tema.
Admite que Gil del Pozo grabó unas conversaciones con datos sobre la extrema derecha, pero ese material, como el resto, fue utilizado por Vinader.
Fiscal y acusador particular elevaron sus conclusiones a definitivas con las peticiones ya señaladas. El defensor, las suyas, solicitando la libre absolución. Y llegados a ese punto, el presidente del tribunal suspendió la vista hasta pasado mañana. Faltan, en consecuencia, los informes de fiscal, acusador y defensor. Y la sentencia del tribunal.
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