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A la espera de nuevos acontecimientos

Se ha mantenido la trayectoria discretamente negativa con que se inició la semana bursátil; los precios de los valores más significativos, bancos, eléctricas y químicas, ofrecen claros síntomas de indefensión frente a los vendedores, quienes, a pesar de continuar extremando su prudencia, generan recortes breves pero continuados en las cotizaciones.La impresión que existe es que prácticamente todo está prendido con alfileres en los mercados de acciones, a la espera de no se sabe qué acontecimiento. Pasadas las euforias compradoras que se desataron en torno a OPAS, hipotéticas en unos casos y reales en otras, los inversores miran a su alrededor y comprueban que, prácticamente, no hay nada que sirva de estímulo para incrementar sus riesgos, aunque también es cierto que nada parece poder inquietarles negativamente en un futuro inmediato.

Así, son los especialistas quienes se encargan de dirigir a diario los corros bursátiles, mientras realizan operaciones de reajustes de carteras, propias de esta época del año, que, a su vez, generan situaciones singulares en el mercado. Un ejemplo de los efectos que está causando esta actividad podía ser la debilidad que manifiesta Unión Eléctrica-Fenosa. Tras la operación de integración de estas dos compañías, bastantes instituciones se encuentran con que el número de títulos de la empresa resultante con que cuentan en sus carteras es demasiado elevada, y por ello se aplican a liquidar algunas partidas, con lo que este valor viene presentando una oferta algo más abundante que el resto de sus compañeros en los últimos días.

Sin embargo, el tema de moda en las salas de contratación continúan siendo las absorciones bancarias, que se dan como seguras y se fían a breve plazo. Los rumores son de lo más variopinto y, por el momento, no parecen tener una justificación más solvente que el propio voluntarismo de quienes los propalan. Lo que sí es cierto es que todavía escuece la operación del Urquijo, al pagar sus acciones al 75%, unos cuarenta puntos por debajo de los últimos precios bursátiles, ya que se trataba de un valor con un cierto nivel de implantación bursátil.

Este conjunto de rumores y realidades está afectando negativamente a un sector bancario cuya debilidad se anunciaba desde las primeras reuniones del año y que ayer volvió a presentar una mayoría de órdenes vendedoras, que arrojan un saldo genérico, para el conjunto de los siete grandes, de casi 150.00 títulos en el mercado madrileño. Banesto, con 50.000 títulos, e Hispano, casi con 40.000, eran quienes más desfavorecidos aparecían en la relación compras-ventas. Curiosamente, estas dos entidades fueron las únicas, junto con el Vizcaya, que repetían sus precios del día anterior. El resto bajaba discretamente y tan sólo el Popular aceptaba una pérdida algo más significativa, concretamente, cuatro enteros.

En el sector químico han destacado los vaivenes de CEPSA, que tan pronto como se aproxima a la cota del 80% le aparecen partidas vendedoras de cierta consideración y debe volver hacia unos precios más confortables, que se sitúan entre el 70% y el 75%. Más extrañeza ha causado el comportamiento de las acciones de Unión Explosivos Riotinto, que cuentan con una demanda sorprendente para la situación en la que se encuentra la sociedad.

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