Proyecto del sector de seguros para movilizar el turismo de la tercera edad

Un ambicioso proyecto de movilización del turismo de la tercera edad está siendo ultimado por el sector seguros, para recabar ayudas de la Administración. Convencidos de que los ancianos no viajan por carecer de medios económicos o por temor a quedar desprotegidos fuera de su domicilio ante eventualidades propias de la edad fundamentalmente, los promotores de la iniciativa quieren implicar a todas las autoridades y sectores interesados. Estiman que, si ahora hacen turismo millón y medio de personas mayores de sesenta años, con la programación adecuada podría llegarse a tres millones y medio en 1986 y a casi cinco millones en 1991.Según el Instituto Español de Turismo, en la mejor de las hipótesis sólo viaja al año la cuarta parte de la población de la tercera edad (es decir, 1,44 millones de personas en 1981); en las zonas urbanas se llega al 40%. Un reciente estudio de la misma entidad ha concluido que el 75,4% de los mayores de sesenta años que no viajan esgrimen razones económicas o de salud. Asimismo, un 60% del total prefieren el turismo organizado, y un porcentaje similar prefiere ir a hoteles.

Igualmente, las últimas proyeccciones del Instituto Naccional de Estadística señalan que, de los 5,9 millones de españoles que tienen ahora sesenta o más años, se pasará en 1986 a 6,3 millones; en 1990, a 6,8 millones, y cinco años después, a 7,3 millones. Así, de una población en tercera edad que representa el 15,3% sobre el total, se llegará al 17,13%. Paralelamente, se estima, en función de diversas variables económicas, que el número de turistas mayores de sesenta años aumentará durante los próximos diez años a una tasa media anual del 10,9%, pero sus gastos pueden alcanzar el 14%.

Otro dato utilizado por los promotores de la iniciativa para valorar la potencialidad del turismo de la tercera edad es que el sector hotelero se muestra preocupado por la saturación de la oferta turística en los meses punta del verano. Y es obvio que los mayores de sesenta años, jubilados en su mayoría, pueden viajar en temporada de invierno, primavera u otoño, cuando encontrarían, además, precios inferiores. Superado el freno de los precios, el mayor obstáculo para fomentar el turismo de la tercera edad pasa a ser el temor a la desprotección ante enfermedades, accidentes y otras desgracias, según el razonamiento en que se basa el proyecto.

Aunque la mayoría de los ancianos pueden recurrir ya a la Seguridad Social donde se encuentren, el sector asegurador opina que les resulta muy penoso realizar las diligencias necesarias y que, en cualquier caso, desearían tener mayores coberturas, como prueba la encuesta del Instituto del Turismo.

Para afrontar estos inconvenientes, la Agrupación para el Seguro Turístico Español, miembro de la patronal del sector, UNESPA, propondrá a la Administración que el Seguro Turístico Español debería incluir una póliza especial para la tercera edad, con el fin de incorporar automáticamente las prestaciones sanitarias y farmacéuticas a que tienen derecho con cargo a la Seguridad Social. La asistenccia ambulatoria o de urgencia la percibirían a través de las redes sanitarias de la Agrupación, y las prestaciones de sanatorios y quirúrgicas, mediante las residencias sanitarias del Instituto Nacional de la Salud (Insalud) o las instituciones concertadas.

El Seguro Turístico Español establecería a su cargo el resto de las prestaciones, como las estancias prolongadas en hoteles por accidente o enfermedad para quienes no necesiten ir a una clínica y no deseen o puedan trasladarse a su domicilio, el avión sanitario o línea regular en caso de precipitarse el regreso por motivos de enfermedad, el abono de los gastos de desplazamiento de un familiar en casos de enfermedad o accidente, traslado del cadáver, indemnizaciones inmediatas por robo o pérdida de equipaje, defensa jurídica, etcétera. Para los ancianos sin derecho a SS, el Seguro Turístico Español asumiría totalmente los gastos sanitarios.

En todos los casos, las pólizas serían puestas a disposición de los turistas de la tercera edad en las agencias y operadores turísticcos. Los beneficiarios reccibirían las prestaciones sanitarias sin desembolso alguno, mediante talones sanitarios.

Implicar a todos los sectores

Sin embargo, los aseguradores privados quieren garantizar mejor su actividad implicando a otros sectores, para llegar a ofrecer paquetes y programas durante los períodos de baja estación, cuando tanto transportistas como hoteleros podrían poner condiciones especiales. Para ello, propugnan conversaciones entre las asociaciones de agentes de viajes, los transportes de viajeros por carretera, Iberia, Renfe, Trasmediterránea y la Agrupación para el Seguro Turístico Español. Los contactos tendrían lugar en el seno del Instituto Nacional de Turismo o en el Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones.Lo ideal, según las citadas fuentes, sería aunar esfuerzos y aportaciones de diversos organismos (Política Interior, Turismo, Sanidad, Seguridad Social) para poner en pie una empresa potente, capaz de comercializar sus productos, ducha en el marketing y capaz de revolucionar este sector turistico.

Una iniciativa que podría abordarse cconjuntamente, con benefiio también para parte del sector turístico, es la de potenciar el termalismo. Aunque España es rica en aguas mineromedicinales, sólo 92 de sus 2.000 fuentes son actualmente explotadas, muchas de ellas deficientemente.