Decretos obsoletos

El decreto regulador de las actividades internacionales del deporte español está a punto de morir. El del régimen disciplinario está visto para sentencia. El cesado Jesús Hermida dedicó su estancia al frente del Consejo Superior de Deportes a crear decretos desarrolladores de la ley de la Cultura Física y el Deporte y, en cuatro días, va a ver desmontado todo su entrarnaje jurídico. Y esta vez el hecho no va a tener que ver con la vieja costumbre española de tejer y destejer. Son imperiosas necesidades las que le van a producir la frustración de ver cómo su endeble andamiaje se le viene al suelo.El decreto que reguló el régimen disciplinario de los deportistas fue cuestionado en su nacimiento porque se vio, en la primera lecturá, que no se tenía en pie. Efectivamente, sucedió lo previsto; no se ha podido aplicar. Las federaciones han tenido que aplicar sus propios reglamentos porque el superior, de discutible aplicación a los funcionarios, no podía ser norma para los deportistas. El fracaso de Hermida no está en la revisión de sus textos, sino en la inutilidad de los mismos durante su propio mandato.

El propio presidente del Comité Superior de Disciplina Deportiva discrepa del texto legal. La constitución del tribunal supremo deportivo también debe ser reformada. Si la nueva Administración no aprovechará la oportunidad de la reforma profunda sería para arrojar la toalla.