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GENTE

Perry Cochran

es todo un ejemplo de preso modelo. Condenado a un arresto domiciliario de un año en su casa de Chicago con su anciana madre, Perry Cochran, de 52 años, que está a punto de terminar su condena, ha purgado su pena rogando a Dios, según ha manifestado su madre, que está encantada con la transformación producida en su hijo. Perry Cochran fue declarado culpable de robar dos radios en una tienda. Considerando la levedad del delito, el juez dictó el arresto domiciliario, pena sin precedentes en la zona. Esta semana, Perry recibió la visita sorpresa del juez y un procurador que querían asegurarse de la permanencia del reo en su casa, y allí estaba Cochran, tranquilamente, con su madre. "Es otro hombre", dijo ésta. "Está intentado dejar de fumar y reza mucho. Además, está todo el tiempo conmigo y yo ando ya muy mal de la vista".

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