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La Prensa italiana denuncia las conexiones entre Mafia y clubes

Juan Arias

El equipo Juve Stabia estaba considerado como la perla del fútbol de la región Campania. Era el más famoso después del Nápoles. Ahora, según un informe que acaba de hacer Corriere della Sera, está agonizando y ha perdido su gloria "por culpa de la Camorra", la famosa mafia napolitana.No sólo el Juve Stabia, otros equipos, como el Palmese y el Ercolanese, son también víctimas de episodios camorrísticos que les están destruyendo. Se trata de equipos de tercera categoría o regionales, pero que eran toda una esperanza para el sur.

El Juve Stabia, que se había distinguido por sus campeonatos en serie C, que contaba con 4.000 suscripciones, llenaba el campo y hacía dinero, hoy no llega a recoger ni 20.000 pesetas por partido.

Toda su desgracia consiste en una lucha entre dos bandas camorristas que se boicotean mutuamente; son los partidarios del jefe de la nueva Camorra organizada, Raffaele Cutulo, cuyo lugarteniente acaba de saltar en pedazos en un coche hecho añicos por la explosión de una bomba en Roma, y los contrarios, los anticutolianos.

El presidente de Juve Stabia, Renato Raffone, es fugitivo, acusado de tenencia de armas y de disparos en lugar público. El presidente es atacado, como contrario a don Raffaele Cutulo, por los de la banca de Antonio Luccarelli, fiel seguidor de Cutulo, el cual un día, desde la misma televisión, hablando del fútbol y de la Camorra dijo abiertamente: "Por don Raffaele daría hasta la sangre". Y no tardó en darla. Pocos días después apareció muerto en la habitación de su hotel.

Plante del público

La población se ha cansado y toda la población de Castellammare di Stabia ha dicho basta y no irá al fútbol hasta que no se haga limpieza.El equipo Ercolanese de Campania está en C-2 y está siempre en el ojo del ciclón. Hace dos meses tuvo que irse, el entrenador, un empleado de correos. Una mañana se encontró con su coche desarmado tornillo por tornillo. Y muchas veces fue apaleado. También aquí dos bandas opuestas de camorristas organizan grupos de jóvenes que se dedican sólo a pegar a los unos y a los otros.

En noviembre pasado, un grupo del Derbi Grumo-Nevano golpea a los ercolaneses. Estos se vengan y durante una partida de sus adversarios se lanzan al campo, desnudan a los once jugadores delante del público y hacen un fuego en el campo en el que queman pantalones y calzoncillos de sus adversarios.

Algo parecido acaece al equipo Pajemese de la ciudad agrícola de Palma, con 16.000 habitantes. El presidente, que había conseguido llevar el equipo a la categoría C-2, resulta ser un desaprensivo camorrista: Biagio Maffettone, con el mote de Sibila de los pobres. Hace de todo en su vida misteriosa: constructor, comerciante, aparejador.

Acaba en la cárcel y desde allí sigue contratando jugadores. Y al final acaba muerto a tiros por la Camorra. Con una llamada de teléfono al diario de Nápoles Il Mattino, los asesinos anuncian: "Hemos ejecutado a un verdugo de Cutulo".

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