Cierre semanal poco esperanzador
La pasada semana, probablemente podría ser calificada como la de los buenos deseos desde un punto de visita bursátil. Sus primeros pasos resultaron bastante prometedores y, las mejoras en las cotizaciones, afectaban a la práctica totalidad de los valores que se negociaban. Sin embargo, en la última sesión del ciclo quedó claramente puesta de manifiesto la falta de confianza de los inversores en las posibilidades del mercado de acciones, y una corriente vendedora genérica amenazó con diluir las mejoras acumuladas.La reacción positiva inicial se apoyaba en tres pilares fundamentales: la importante demanda centrada en tomo a determinados valores eléctricos, las mejoras en el precio de las acciones de la Compañía Española de Petróleos Sociedad Anónima(CEPSA), y el interés de los propios bancos en invertir sus procesos negativos antes de que el pago de sus dividendos, que realizarán en un par de semanas, les deje huérfanos de cualquier argumento de cierta consisitencia a la hora de defender sus cotizaciones.Hidro Cantábrico y Eléctricas Reunidas de Zaragoza se beneficiaron, a lo largo de todo el ciclo, de las expectativas optimistas que generaban quienes manifiestan estar convencidos de que el proceso de reordenación del sector eléctrico irracional va a continuar, y con ello que se producirán nuevas ofertas públicas de compra de títulos. En su memoria, está presente el grato recuerdo de Langreo, a la que ha seguido Viesgo. Los balances de estas operaciones resultaron favorables para sus accionistas y la inversión se ha aprestado a tomar posiciones en Hidro Cantábrico y Viesgo, las dos sociedades que aparentemente cuentan con mayores posibilidades de verse afectadas en un plazo no demasiado largo de tiempo por operaciones ole este tipo.Lo cierto es que tanto sus precios como el volumen de títulos de estos valores que fueron negociados a lo largo de la semana experimentaron un incremento notable. El más espectacular fue Hidro Cantábrico, de quien se llegaron a negociar casi 170.000 títulos y cuya cotización ganaba catorce puntos.Pero las órdenes compradoras no sólo se centraron sobre los valores eléctricos. La Compañía Española de Petróleos fue también objeto de una agitada negociación, y aunque su balance semanal a nivel de cambios arrojase una modesta diferencia positiva, su contratación efectiva en el mercado madrileño superó los 70 millones de pesetas, cifra poco usual en este valor. El reajuste en el sector petrolífero que va a producir la desaparición del monopolio fiscal del petróleo puede estar en el trasfondo de las demandas que se generaron para este valor que, hace poco más de un mes, permanecía olvidado en las proximidades del 50%.
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