'Pato a la naranja', vodevil a la italiana
Un alto ejecutivo de publicidad, empeñado en lánzar en Italia el vino californiano Mamma mía, se encuentra ante una extraña situación conyugal. Su esposa le engaña con un famoso play-boy a quien quiere invitar a casa. El marido, en lugar de las tópicas escenas de celos propias del caso, decide contemporizar con su rival e insinuar, como contrapartida, que a su vez, él está enamorado de una atractiva secretaria. Todo, menos permitir que el matrimonio se disuelva.Algunas escenas de este vodevil han hecho reir a espectadores teatrales de muchos países donde Pato a la naranja se ha representado con éxito; hasta a España llegó su buena fama de la mano de Arturo Fernández que la mantuvo en escena durante más de cien representaciones. En cada lugar del mundo, los protagonistas adaptaron las situaciones de la comedia original a la mentalidad de sus espectadores. De ahí que la película que hoy emite televisión tenga todo el carácter de una comedieta italiana más.
Pato a la naranja se emite hoy a las 21,35 horas por la segunda cadena
El director, Luciano Salce, de escasa imaginación y talento, también decidió que sus intérpretes principales, Mónica Vitti y Ugo Tognazzi aportaran de su propia cosecha los estímulos que aceptaba la primitiva comedia. Por su parte, ya los guionistas adaptadores habían ilustrado la acción con frases o momentos que no hubieran sido posibles en la versión original. Hay chistes muy locales que situan el conflicto en la Italia de 1975, fecha en que la película se realizó.
Película menor
Chistes que no gustaron demasiado a los críticos conservadores ("hay algún que otro momento trabajosamente divertido, aunque no coincida con el buen gusto"), ni a los más progresistas ("es una comedia italiana sin demasiados vuelos en la que la Vitti hace de señora estupenda y el señor Tognazzi hace de estupendo cómico").
Tampoco puede considerarse que el trabajo de etos buenos actores esté a la altura de sus películas más importantes. Mónica Vitti mostró mejor sus dotes interpretativas en, por ejemplo, las películas en que fue dirigida por Antonioni, y Tognazzi nos ha mostrado mejor su talento a las órdenes de Ferreri. De cualquier forma, son lo mejor de esta versión cinematográfica de Pato a la naranja.
Película, pues, menor, que puede conservar, sin embargo, la supuesta gracia que tantos espectadores le han encontrado. El tiempo transcurrido no habrá favorecido mucho las escasas virtudes de esta filmación ya que el propio cine italiano ha mostrado obras de mayor envergadura, donde el humor nace de la sátira y no de la simple ilustración de textos extranjeros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.