Tensión en las reuniones olímpicas de Los Angeles

El ambiente de preocupación invade todos los centros de gestión de los Juegos Olímpicos que se celebrarán dentro de año y medio, entre el 28 de julio y el 12 de agosto, en la ciudad monstruo del Oeste de Estados Unidos. Cuando comienzan unas reuniones clave, en las que el comité organizador intenta disipar todas las dudas existentes sobre unas competiciones excesivamente basadas en el mercantilismo más americano, la impresión existente es pesimista. Tras el boicoteo de Carter a los Juegos de Moscú, aunque la URSS haya negado sistemáticamente sus intenciones de revancha, resulta sintomático su ataque habitual, como los países de su órbita, a los trabajos de organización de la ciudad californiana.

Los Juegos Olímpicos de Los Angeles, por su gestación netamente privada, hubiesen tenido, en cualquier caso, las críticas de los países del Este, que controlan estatalmente el deporte. Sin embargo, por el hecho de ser Estados Unidos el país en el que se encuentra la ciudad organizadora, los posibles problemas han aumentado. La URSS, desde el boicoteo propiciado por el Gobierno Carter a los Juegos de Moscú-80, tras la invasión y permanencia soviética en Afganistán, no ha cesado de señalar deficiencias en la siguiente sede.El pasado mes de octubre Serguei Pavlov, presidente del Comité Olímpico de la URSS, hizo unas últimas declaraciones que se pueden considerar vigentes, y en las que recalcó que su país no pretende, en ningún caso, boicotear los Juegos de Los Angeles en respuesta al "intento de la Administración norteamericana de torpedear Moscú-80". La URSS, ni antes ni después de sus Juegos, ha reconocido la más mínima sombra de devaluación en una competición que objetivamente resultó muy dañada con la ausencia de Estados Unidos, pero también de otros países importantes, como la RFA, Japón, China y bastantes más, que hubiesen aportado individualidades destacadas.

Respeto a la Carta Olímpica

Según Pavlov, la participación de los deportistas soviéticos en 1984 "dependerá, sobre todo, de cómo respete el Comité Organizador las exigencias de la Carta Olímpica". En ella, compuesta por 71 reglas, que abarcan cuatro apartados, se regula todo el olimpismo: los principios fundamentales, el propio Comité Olímpico Internacional, los Comités Olímpicos Nacionales y los Juegos Olímpicos. Pavlov, que es también presidente del Comité de Deportes de la URSS, recordó que en vísperas de los Juegos Olímpicos de Invierno de Lake Placid, en 1980, el antecedente más cercano de organización norteamericana, la Administración Carter también había dado todas las garantías respecto al orden de la entrega de las credenciales y a la entrada en el país, según certificados olímpicos. Pero posteriormente impuso su régimen habitual de visados, por lo que algunos funcionarios de distintos comités olímpicos nacionales, al serles negados por el Departamento de Estado, no pudieron entrar en el país.

A Pavlov no le bastan, pues, las palabras de Ronald Reagan en el sentido de que no habrá ningún problema, pues los comités olímpicos nacionales es posible que ni siquiera reciban estos días información de cómo serán los trámites aduaneros. La delegación olímpica soviética, según las últimas noticias, no quiere alojarse en la Villa Olímpica y tiene la intención de fletar un barco, que permanecería anclado en el puerto de Los Angeles. Esta decisión, que parece difícil se concrete, estaría debida, oficialmente, a medidas de seguridad, pero más bien obedecería a economía en los gastos de estancia, también censurados por Pavlov. En su opinión, los organizadores quieren "hacer negocio a costa de lo que sea". El gasto por participante y día, para los CON, será alrededor de cincuenta dólares -seiscientas pesetas-, el 20% aproximado de los 230 que le supondrá a la organización.

Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, estuvo, entre el 18 y el 21 de diciembre, en Moscú, la ciudad de su lanzamiento al máximo puesto del deporte mundial, para suavizar la situación. Con su diplomacia, ya practicada unos años en la capital soviética, incluso entregó la Orden del Mérito Olímpico a la ex campeona mundial Elena Moukhina, ahora paralítica, una de las víctimas de la precocidad y el riesgo de la gimnasia femenina. Pavlov, que ya le había dirigido una carta, le repitió la necesidad de que todos los problemas de los Juegos de Los Angeles se tratasen en la reunión de los CON con el Comité Ejecutivo del COI, en enero. Sin nada solucionado, y con perspectivas oscuras, el tema se vuelve a abrir.

Por otra parte Romà Cuyàs, presidente del Comité Olímpico Español (COE) y secretario de Estado para el Deporte, presentó ayer, en la primera sesión del Consejo rector de la oficina permanente de la candidatura barcelonesa a los Juegos Olímpicos de 1992, una propuesta sobre la organización de dicha oficina y el calendario de trabajo para los próximos meses. Cuyàs expuso su programa organizativo tanto en la parte técnica como en la financiera.