La retribucion de los diputados será sensiblemente inferior a las 250.000 pesetas mensuales, según Peces-Barba
El presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba, manifestó ayer a este diario que llevará próximamente a la Mesa del Congreso y a la Junta de Portavoces la proposición de que los sueldos de los diputados se incrementen en el mismo porcentaje que los demás salarios de la Administración, y que a dichos emolumentos se agreguen 60.000 o 70.000 pesetas en concepto de gastos de material y personal, con lo que las retribuciones globales máximas que percibirían los diputados oscilarían entre 210.000 y 220.000 pesetas mensuales.
Peces-Barba reiteró que todavía no se había producido subida alguna en los salarios de la miembros de la Cámara baja, por lo que consideró injustificadas muchas de las críticas vertidas estos días al respecto y que daban por sentado que ya se había realizado, cuando lo único existente eran unas declaraciones suyas en las que manifestó la necesidad de realizar dicha subida y esbozó una propuesta en tal sentido.Actualmente, según Peces-Barba, los diputados reciben un salario de algo menos de 100.000 pesetas, lo que, en su opinión, es a todas luces insuficiente, ya que es inferior a lo que cobran, por ejemplo, periodistas, funcionarios del cuerpo técnico o un catedrático de universidad.
Al sumarse a dicho salario las dietas actualmente existentes, los diputados cuya circunscripción no es Madrid ni residen en dicha ciudad llegan a percibir un sueldo global en torno a las 150.000 pesetas; los diputados que residen en Madrid pero su circunscripción no es ésta ganan alrededor de 130.000 pesetas; finalmente, los diputados que se presentaron por Madrid y residen en dicha capital perciben entre 110.000 y 120.000 pesetas.
Dichas dietas le parecen a Peces-Barba absolutamente insuficientes, ya que un diputado de fuera de Madrid pasa casi la mitad de cada mes fuera de su casa, lo que inevitablemente le ocasiona unos gastos que oscilan entre 60.000 y 100.000 pesetas, según la austeridad o el dispendio de cada uno.
Al margen, de subir los sueldos de los diputados, que como queda reseñado oscilan entre 110.000 y 150.000 pesetas mensuales, en la misma proporción en que se irícrementen los demás salarios dependientes de la Administración pública, Peces-Barba propondrá que se agreguen a los mismos entre 60.000 y 70.000 pesetas para gastos de material y personal. Este tercer concepto añadido le parece indispensable a Peces-Barba para que los diputados puedan contar con un mínimo personal a su servicio y para los gastos anejos al funcionamiento de un despacho para los trabajos parlamentarios.
Peces-Barba, amén de citar como modéfico el caso de los parlamentarios estadounidenses, que cuentan con todo un staff a su servicio, mostró su pesar por la penuria de medios de los diputados españoles. Corno ejemplos de dicha situación, Peces-Barba manifestó que se criticaba a los parlamentarios que no contestasen las cartas de los ciudadanos de su circunscripción, cuando esto resultaba prácticamente imposible. También consideró lamentable que los presidentes de las comisiones no tuviesen despacho, por lo que algún embajador ha tenido que ser recibido en una salita común por el presidente de la comisión de Asuntos Exteriores. La falta de personal al servicio de los diputados viene reflejada a su juicio por los siguientes datos: los 202 diputados del Grupo Parlamentario Socialista cuentan únicamente con los servicios de cuatro secretarias.
La dedicación exclusiva, que Peces-Barba considera imprescindible para los diputados, supondrá que éstos únicamente podrán percibir un sueldo con cargo al erario público. Los sueldos de los miembros de la Mesa del Congreso oscilan entre las 400.000 pesetas mensuales del presidente las y 200.000 de los secretarios de la mesa. Sobre el tema de las incompatibilidades no pudo precisar el estado de la cuestión entre los parlamentarios, aunque señaló que él había renunciado a su sueldo como catedrático y que otro tanto estaban haciendo diversos diputados, que, según los casos, optaban por quedarse con el sueldo de diputado o por el correspondiente al desempeño de otro cargo o función en la Administración.
A juicio de Peces-Barba, la defensa de una remuneración digna es una posición progresista y de izquierda, ya que lo contrario supondría que sólo los parlamentarios ricos de los partidos conservadores podrían cumplir sus funciones. Con respecto a la total gratuidad de que disfrutan actualmente los parlamentarios, práctica de la que también se beneficiaron las Cortes franquistas, para viajar gratuitamente en los medios estatales de transporte por todo el territorio español, Peces-Barba declaró que en el futuro sería aconsejable limitar dicha prerrogativa a los viajes entre Madrid y su circunscripción.
Por su parte, Antonio Carro, vicepresidente segundo del Congreso y diputado por la coalición APPDP, manifestó a EL PAÍS que "sin perjuicio de las buenas intenciones del presidente del Congreso, no podemos aspirar a una subida superior a la de la clase trabajadora en general".
Antonio Carro manifestó su coincidencia con la fórmula de Peces-Barba de que los sueldos de los diputados se incrementen en el mismo porcentaje que los demás salarios de la Administración y no quiso pronunciarse acerca de la partida de 60.000 o 70.000 pesetas que el presidente del Congreso cree necesario añadir a dichos salarios, por declararse desconocedor de los términos de dicho proyecto.
El tema de la subida de los sueldos de los diputados será estudiado en una de las primeras reuniones de la Mesa del Congreso y posteriormente será debatido en la Junta de Portavoces. Una vez fijados criterios, será estudiado por una mesa conjunta Congreso-Senado y posteriormente se incluirá dentro de los Presupuestos de las Cortes Generales, los cuales serán discutidos en el por el Congreso de los Diputados y el Senado conjuntamente con los Presupuestos Generales del Estado.
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