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La liberación de Saturnino Orbegozo

El ministro del Interior atribuye la liberación de Orbegozo "a la fortuna y al esfuerzo de las fuerzas de seguridad"

A su llegada a casa, a las 14.25 horas, Saturnino Orbegozo fue acogido con aplausos entusiastas y gritos de "Ongi etorri" ("Bienvenido") por un centenar largo de vecinos, que se agolpaban, mezclados con varias decenas de informadores, a la puerta de la residencia Danen Gain, en Urretxo. El empresario, algo más delgado, con gafas oscuras, boina y una poblada barba blanca, que le daba un semblante venerable, se fundió en un largo abrazo con sus hijos Juan María y María Jesús, mientras las lágrimas asomaban a sus ojos. El ministro del Interior, José Barrionuevo, que le visitó por la tarde en su casa, atribuyó el feliz desenlace del caso "a la fortuna y al esfuerzo de las fuerzas de seguridad".

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Una llamada anónima permitió localizar al secuestrado

El empresario, que vestía una cazadora y una bufanda, fue introducido en casa por sus hijos, que se abrieron paso con dificultad entre la gente hasta alcanzar el portón de la residencia, donde esperaba el resto de la familia Orbegozo. María Jesús Gaztañaga, esposa del industrial, sonrió entonces por primera vez en estos últimos 46 días.La liberación de Saturnino Orbegozo tuvo carácter de acontecimiento en las localidades guipuzcoanas de Urretxo y Zumárraga. Algunas personas salieron al paso de los coches de la Guardia Civil que trasladaban al industrial para saludarle. La noticia corrió al principio con carácter de rumor entre los trabajadores de la fábrica, que habían anunciado para ayer mismo por la tarde una nueva manifestación, la cuarta, por la liberación inmediata del industrial. Las religiosas que dirigen un centro de preescolar, cercano a la residencia de los Orbegozo, suspendieron las clases para posibilitar que los niños se sumaran al recibimiento.

Los trabajadores de Esteban Orbegozo, SA, se mostraban ayer felices por la resolución del secuestro. "Estamos con el patrón en este caso, porque le conocemos bien y sabemos quién es. Muchas veces le hemos visto trabajar con nosotros, vestido con buzo y sudando como un negro. De lo que estamos seguros es de que su muerte habría traído problemas para todos; para nosotros, como trabajadores de su fábrica, y para el resto del pueblo, porque la economía de la zona depende en buena parte del futuro de esta empresa". Algunos trabajadores se quejaban de la imagen que algunos medios de comunicación han ofrecido, en su opinión, sobre la plantilla de Esteban Orbegozo a lo largo de este secuestro. "Que quede claro", afirrriaron, "que nosotros somos trabajadores, y como tales, defendemos nuestros derechos frente a la empresa y frente a quien sea. Nos hemos manifestado por don Saturnino porque el secuestro sólo podía perjudicarnos y porque, al final, el rescate a pagar habría salido de los fondos de la empresa, y en última instancia, de nuestros propios bolsillos; es decir, aparte de defender la vida de una persona, hemos defendido nuestros intereses". Además, añadieron, "Saturnino Orbegozo es justamente lo contrario de esos empresarios que liquidan sus fábricas cuando hay dificultades y se largan con el dinero a otra parte".

La liberación fue acogida con incredulidad y sorpresa entre la población de Zumárraga y Urretxu. "La verdad, lo creíamos muerto. Es un hombre mayor, y todas esas llamadas diciendo que había aparecido su cadáver sólo podían traer lo peor", comentaba ayer un grupo de vecinas que acudió a recibir al industrial.

Obsesionado por ver a su familia

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Saturnino Orbegozo comentó a los mandos policiales que le acompañaron a su casaa que había sido bien tratado por sus secuestradores, pero que en determinados momentos había llegado a sentir miedo y pánico. "Me han tratado bien, pero ha habido situaciones en las que he sentido miedo y también pánico". En el trayecto entre el Gobierno Civil de Pamplona y Danen Gain, el anciano destacó una y otra vez su juventud, rememorando situaciones felices para él. Parecía obsesionado por ver a su familia, especialmente a sus nietos, y se mostraba un tanto confuso, como si no fuera plenamente consciente de que se encontraba en libertad. Las lágrimas brotaron de sus ojos por vez primera cuando habló con su esposa por teléfono desde Pamplona para comunicarle que estaba con vida y bien de salud, pero algo aturdido y emocionado. Dominado por el afán de abrazar a los suyos, el industrial guipuzcoano rehusó ser atendido por los médicos del Gobierno Civil de Pamplona, aplazando el reconocimiento hasta encontrarse en su casa.

El médico diagnosticó únicamente a Saturnino Orbegozo una ligera arritmia cardíaca, dolencia que el industrial sufría ya antes del secuestro y que le provocó meses atrás dos soplos al corazón. La familia confirmó en una breve conferencia de Prensa ofrecida ayer tarde a la puerta de la residencia Danen Gain que Saturnino Orbegozo ha permanecido cautivo en el mismo lugar durante estos últimos 46 días. La ropa que vestía a su regreso a casa es la misma que llevaba en el momento de ser secuestrado, el domingo 14 de noviembre, cuando abandonaba la iglesia parroquial de Zumárraga después de oir misa y se disponía a visitar su fábrica.

Los Orbegozo conocieron la noticia a través de la radio

El empresario bebió un caldo y comió una tortilla antes de meterse en la cama, siguiendo así las instrucciones del médico que le ha aconsejado mucho reposo. Minutos antes, había preguntado a sus familiares qué tal le encontraban con una barba tan poblada. "A mí", manifestó, "no me gusta nada, me produce picores; creo que me voy a afeitar enseguida". Los Orbegozo que conocieron la noticia de la liberación del industrial a través de la radio, negaron, remitiéndose a las declaraciones del ministro del Interior, José Barrionuevo, que hubieran pagado cantidad alguna a ETApm VIII Asamblea. La familia agradeció ayer expresamente al comité de empresa de Esteban Orbegozo SA, a los sindicatos, partidos políticos y a las poblaciones de Zumárraza y Urretxu la solidaridad que han mostrado hacia la persona del industrial a lo largo de esta semana.

Veinte minutos después de la llegada de Saturnino Orbegozo a Urretxu, el ministro del Interior llegaba a la residencia Danen Gain, donde permaneció unos veinte minutos. Al término de la visita, caracterizada por el ministro como una muestra de solidaridad humana con la familia, Barrionuevo dijo que, en la conversación mantenida con Saturnino Orbegozo, éste se había referido a algunos de los sucesos vividos por él en su cautiverio.

El titular del Ministerio de Interior, que en su respuesta a los periodistas evitó pronunciarse sobre los detalles de la intervención de la Guardia Civil en la liberación, declaró que miembros de este cuerpo llevaron a cabo un servicio para rescatar a Saturnino Orbegozo mientras otros miembros de ese instituto velaban a sus compañeros muertos en el reciente atentado de Irún. El ministro señaló que Saturnino Orbegozo había sido rescatado por la Guardia Civil en unas operaciones de rastreo llevadas a cabo en Navarra y en zonas de Castilla y la Rioja. Atribuyó a la fortuna y al esfuerzo de las fuerzas de seguridad del Estado la localización del empresario en la localidad navarra de Santesteban.

El ministro, que en este primer momento evitó referirse a las circunstancias en las que se produjo la liberación, así como a la noticia difundida por la Guardia Civil en el sentido de que Saturnino Orbegozo había sido hallado junto a los secuestradores, que se encontraban, según dicha noticia, detenidos, destacó la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado. José Barrionuevo, tras abandonar la residencia Danen Gain, en Urretxu, emprendió viaje a 1 Madrid.

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