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El PSOE emprende una importante reestructuración interna, que afecta incluso a las tareas de Felipe González

Las relaciones entre el Gobierno y el partido constituyen actualmente una de las máximas preocupaciones de los dirigentes del PSOE, según pusieron ayer de manifiesto varias fuentes socialistas. El partido en el poder ha iniciado una importante serie de reestructuraciones internas, para "adecuarse a su nueva situación". Un cambio significativo, producido ayer, consiste en que, en adelante, será el presidente del PSOE, Ramón Rubial, y no Felipe González, quien ostente la representación externa del partido. Pese a no haber asistido ayer a la ejecutiva federal, González se reunió por la tarde con algunos miembros de este organismo, entre ellos el propio Rubial, presumiblemente para comentar algunos de estos próximos cambios internos.La ausencia del presidente del Gobierno en las reuniones de la ejecutiva socialista -ayer volvió a faltar, por segunda vez consecutiva- causó una inicial preocupación en algunos sectores del partido. La ejecutiva debió elaborar un escrito de circulación interna desdramatizando tales ausencias, motivadas por la falta material de tiempo del jefe del Gabinete. Igualmente, la directiva del PSOE resta importancia a las protestas recibidas desde varias federaciones contra determinados nombramientos. Un alto responsable de la directiva socialista dijo, refiriéndose a estas protestas, que se trata de "algo pasajero" y que cesará cuando acabe la psicosis de nombramientos "y todos asuman que es tan importante permanecer en funciones del partido como ir a la Administración".

El vicepresidente del Gobierno y vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, ha asumido también la función clave de coordinador entre el Ejecutivo y el partido, tratando de cerrar así las posibles brechas que se abran entre los dos sectores. La ejecutiva socialista intenta ahora asegurar la comparecencia a sus reuniones de los cuatro ministros que, a la vez, pertenecen a este órgano directivo del partido (Marivall, Almunia, Javier Solana y Guerra, además del propio González). Para ello, ha decidido que, en adelante, estas reuniones tengan lugar los viemes, en lugar de los martes, día tradicionalmente fijado para los encuentros de la ejecutiva. Se juzga que los viemes, día alejado de los consejos de ministros, será más fácil que los cuatro miembros del Gobierno comparezcan a los encuentros de la dirección del partido.

Sin embargo, la comisión ejecutiva del PSOE decidió ayer descargar de sus funciones partidarias tanto a los ministros como al propio secretario general. Las responsabilidades de la Secretaría de Cultura, desempeñada -hasta ahora por Jose María Maravall (ministro de Educación), pasan a Salvador Clotas, y las de la secretaría de Estudios y Programas, hasta ahora en manos de Joaquín Almunia (ministro de Trabajo) serán desempeñadas por Enrique Múgica. Ambos ministros permanecerán en la ejecutiva, pero en calidad de secretarios ejecutivos y sin responsabilidades específicas. La representación externa del PSOE, habitualmente atribuída al secretario general, Felipe González, pasa al presidente del partido, el veterano y respetado Ramón Rubial. Quedan dos áreas de responsabilidades sin cubrir: la de Autonomías (ofrecida a Joan Prat y a Raimon Obiols) y la de Internacional, propuesta a Jose María Benegas. Pero los interesados han pedido un período de reflexión antes de aceptar.

'Cumbre' organizativa

Especialmente urgente resulta designar al futuro responsable del área autonómica. Este será uno de los temas clave a abordar en la próxima conferencia de organización del PSOE, que debería haberse celebrado el pasado mes de octubre, fue luego aplazada a enero y, probablemente, acabará siendo fijada en febrero. La coordinación de la política socialista en las diecisiete regiones autonómicas constituye otra de las grandes preocupaciones de la directiva socialista, que ya mantuvo un primer encuentro el pasado fin de semana con los secretarios de organización regionales.En este encuentro, que pasó prácticamente desapercibido para la opinión públíca pero que tuvo una gran importancia, se fijaron los primeros criterios para esta unificación de políticas y, además, se propuso un plan de acción para la ampliación de la militancia socialista y para la definición del papel del partido, que, se reiteró, "no debe tratar de mezclarse en competencias del Gobierno". "Es erróneo pensar que se debe decidir desde el partido quién debe ser o no ser gobemador civil, como propuso uno de los asistentes a la reunión", dijo otro de los presentes.

Por lo que se refiere a la ampliación de la militancia, los responsables del PSOE son conscientes de que existe un gran desnivel entre los diez millones de votos obtenidos y los menos de ciento cincuenta mil militantes socialistas actuales. Por ello, se prevé que en la conferencia de organización se agilicen y faciliten los trámites para militar en el PSOE, de modo que se pueda alcanzar la meta fijada para finales de 1.983: contar con 225.000 afiliados.

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Una de las decisiones importantes adoptadas ayer por la ejecutiva socialista y que se hicieron públicas fue pedir que todos los parlamentarios socialistas que han sido nombrados para ocupar altos cargos en la Administración o en empresas públicas dejen elescafío el próximo día 29. La medida, se calcula, afectará a más de una veintena de diputados.

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