El grupo de empresas del INI reducirá este año sus pérdidas a 83.000 millones de pesetas

El grupo de empresas del Instituto Nacional de Industria -58 compañías con participación pública mayoritaria- espera reducir este año sus pérdidas a 83.000 millones de pesetas, frente a los 100.105 millones de 1981. La previsión fue dada a conocer ayer por el presidente de este holding estatal, el ex ministro de Industria Carlos Bustelo, quien esperaba ser sustuido hoy, probablemente por Enrique Moya -del Círculo de Empresarios- como presidente y Julian García Valverde -militante del PSOE- como vicepresidente.

Durante su despedida ante un grupo de periodistas, Bustelo eludió hablar del futuro y utilizó cierta ironía acerada al aludir a los nombramientos. A su juicio, el INI requiere un hombre fuerte y políticamente importante. El lo ha sido, por su relación con Calvo Sotelo (son primos) y el ex vicepresidente Garcia Diez (son amigos íntimos), y volverá como técnico comercial del Estado al Consejo Superior de Comercio.Los datos facilitados confirman la tendencia a mejorar iniciada en 1981, cuando las pérdidas descendieron unos 550 millones de pesetas, después de su continua escalada en años anteriores. El cash flow (conjunto de beneficios o pérdidas y amortizaciones) va a ser positivo en unos 3.700 millones, contra los 21.000 millones en números rojos de 1981.

Dos son los principales factores a los que atribuyó la reducción. Por una parte, el alivio que supuso en los costes financieros el mayor apoyo del Estado, concretado en la subrogación de pérdidas por 78.080 millones. En segundo lugar, la mejora de gestión en un año que ha resultado peor en muchos aspectos.

Las estimaciones anteriores han sido realizadas en términos homogéneos (es decir, sin incluir las empresas pasadas al Instituto Nacional de Hidrocarburos: Enpetrol, Hispanoil, Eniepsa, Enagas y Butano) y con datos referidos exclusivamente a las empresas participadas con un 50% o más del capital. Por tanto, no recogen datos de los varios centenares de compañías, algunas de ellas grandes, que están participadas minoritaria o indirectamente por el INI o sus empresas. Algunas de las excluidas son, por ejemplo, Presur (minoritaria), Babcock Wilcox (sus propietarias son La Maquinista, Equipos Nucleares y Ateinsa), Aluminio Español y Alúmina Española (participadas ambas por la Empresa Nacional del Aluminio).

Aumentan las ventas

Carlos Bustelo destacó que las ventas del grupo habían aumentado hasta finales de noviembre un 25% y terminarán el año cerca del 27%, sobre el billón de pesetas alcanzado el año pasado. Una tercera parte de las mismas se han dirigido al exterior. El crecimiento de las exportaciones, que fue el año pasado del 50,7%, puede alcanzar durante el presente ejercicio casi un 40%, pues ha acumulado en los once primeros meses un 33%.De otro lado, la inversión real del grupo durante 1982 se situará en unos 236.000 millones de pesetas, muy cerca de lo previsto, frente a los 210.000 millones del ejercicio anterior, cuando creció sobre el precedente no 38,7%. Ello contribuyó también a paliar la incidencia de los gastos financieros, que en 1981 habían aumentado un 31,7% y habían llegado a suponer casi la mitad que los de personal. Estos han mantenido también la línea de moderación del año pasado, cuando crecieron un 9,6% (hasta 342.006 millones). El hecho responde a que durante los cuatro últimos ejercicios se ha reducido el empleo desde unos 250.000 a unos 220.000 trabajadores.

Un hombre duro

El período de cuatro años coincide con la influencia en el INI de Carlos Bustelo, primero como ministro de Industria y luego como presidente. Admitió, en efecto, que ha sido un hombre duro, por eso y porque, entre otras cosas, ha sancionado el cierre de varias instalaciones y se ha opuesto con éxito a la integración en el INI de media docena de empresas, enviadas muchas veces a la socialización de pérdidas por los mismos grupos que luego critican los déficit del sector público y sus empresas. Tres de estos intentos han sido el de Torras Hostench, que pretendía unirse a la Empresa Nacional de Celulosa, el de Finanzauto y Servicios, y el de medianos y pequeños astilleros.Integrados por empresas que en algunos casos tuvieron ese origen, tres de las quince divisiones del INI (siderurgia, automoción y construcción naval), han seguido representando en 1982 poco más de la tercera parte de las ventas del grupo y en torno al 90% de las pérdidas globales.

Por el contrario, las empresas del sector eléctrico han tenido también en 1982 resultados positivos, concentrando la mayoría de los beneficios. Las de electrónica e informática han mejorado casi todas (Secoinsa, con pérdidas, las reduce). Asimismo, han reducido pérdidas Artespaña (a la mitad), la Empresa Nacional de Turismo (perderá unos quinientos millones, frente a setecientos y ochocientos millones en años anteriores), Enasa reducirá su déficit de 12.000 a 8.000 millones, Cetme lo reducirá en trescientos millones, Bazán en otros 1.300 millones. Igualmente, pasarán de resultados negativos a positivos, entre otras, Minas de Almagreda y Astican. También mejoran Papelera del Mediterráneo, Lactaria, Encasur, Carboex, y ligeramente Ensidesa y Altos Hornos del Mediterráneo.