El presidente argelino se entrevista hoy en París con Mitterrand

El presidente argelino, Chadli Benjedid, se detendrá hoy brevemente en París para entrevistarse con su colega francés, François Mitterrand. Benjedid, que llega a París precedido por unas explosivas declaraciones de su embajador en Francia, regresa a Argelia tras una visita de tres días a Bélgica. Este viaje de refilón a Francia del primer magistrado argelino se produce en un momento delicado de las relaciones entre los dos países, que parece reflejar un desencanto serio de Argel respecto a las ilusiones que le habían inspirado la llegada de los socialistas al poder en 1981.Desde el inicio de 1982 hasta finales del pasado noviembre, 17.000 argelinos que pretendían entrar en territorio francés han sido rechazados en las fronteras, como consecuencia de las medidas que aplica el Gobierno mitterrandista con los extranjeros de la mayor parte de los países del mundo (sólo 47 naciones son eximidas de esa legislación). El embajador argelino en Francia, Dejarnel Juju, declaró ayer en la televisión que ese hecho "puede poner en entredicho" el conjunto de las relaciones entre los dos países.

La declaración ha dramatizado en cierta medida la visita relámpago del presidente Benjedid. El Gobierno de París justifica con dos razones el rechazo de extranjeros en las fronteras francesas: evitar la posible entrada de terroristas y suprimir la inmigración clandestina de origen económico.

La colonia de Argelia en Francia suma 800.000 personas, la mitad de ellas trabajadores, y la otra mitad, sus esposas y sus hijos. Este contencioso entre los dos países es el más grave en el plano de los problemas coyunturales y más tangibles que comparten París y Argel. Cabe pensar, empero, que las inoportunas declaraciones del embajador de Argelia en París, a partir de ese "problema de dignidad humana que los argelinos no negocian", reflejan una tirantez real entre Francia y su antigua colonia. El hecho de que Benjedid haya escogido Bélgica para realizar el primer viaje de un presidente argelino a un país de Europa occidental no ha dejado de sorprender a los franceses.