Jordi Pujol asegura el resurgimiento de un 'neonacionalismo' español
"Estamos asistiendo a un neonacionalismo español, a la vuelta de una exaltación de los valores hispanos que quizás será más capaz de integrar hechos no castellanos que en otras épocas, pero que implica una cierta peligrosidad", manifestó anoche Jordi Pujol durante el acto de presentación del libro "Crisi i País", obra del conseller de Trabajo Joan Rigol. El Presidente de la Generalitat efectuó agrios ataques a los socialistas. "Ahora tenemos la suerte de que manda el PSOE, con lo cual se ha acabado definitivamente la ilusión", señaló.El tono del discurso del presidente Pujol estuvo caracterizado en todo momento por una cierta ironía y una defensa a ultranza de los valores catalanes enraízados en el concepto de "pueblo" y "moral de reconstrucción del país". Con una referencia expresa al terreno laboral, Pujol se apoyó en esta tesis, como única vía de afrontar la crisis económica. "Sin la moral de reconstrucción que Rigol expresa en su libro, el país no va a ninguna parte", dijo. Acusó a las medidas económicas del Gobierno de "ofrecernos escaso margen de maniobra".
Con todo, las principales referencias del discurso del Presidente de la Generalitat estuvieron dirigidas a una evocación triste de la incomprensión del hecho catalán, que alcanzó tonos de desesperanza. Calificó el contenido ideológico de recientes intervenciones de intelectuales como "parecidas a las de los años cincuenta" y citó en este sentido un discurso pronunciado por el poeta Jorge Guillén hace escasos días en Valladolid.
Pujol insistió en la creciente confrontación entre dos conceptos de España, hecho que para el Presidente de la Generalitat "será motivo de un gran combate intelectual". La tradicional lucha entre las dos Españas, evocada ahora por el Pujol con la imagen de los nuevos defensores del neonacionalismo español, llevaría, en palabras del presidente de la Generalitat, "a la necesidad de renovar nuestro arsenal ideológico".
La realidad de una Cataluña inmersa en la crisis económica y amenazada por una tasa de desempleo encrecimiento, fue caracterizada por Jordi Pujol en términos de muy difíciles perspectivas. El hecho nacional, además, fue insertado en lúgubres términos. "Se ha acabado la época de las ilusiones", dijo, y añadió: "Habría de ser no el momento del desencanto, sino el de la comprensión lúcida".
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