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Silencio de los socialistas y ovación de Alianza Popular al ministro del Interior

El ministro del Interior, José Barrionuevo, fue premiado ayer por el Grupo Parlamentario Popular con un gran aplauso -mientras el resto de la Cámara, incluidos los socialistas, permanecía inmóvil- cuando, en respuesta al diputado de Euskadiko Ezkerra (EE), Juan María Bandrés, defendió ante el pleno del Congreso de los Diputados la actuación policial en la muerte del miembro de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), Juan Martín Luna.

La última de las once cuestiones planteadas ayer al Gabinete de Felipe González -ausente en ese momento del hemiciclo, así como el vicepresidente Alfonso Guerra- fue formulada por Bandrés, en relación con la muerte por la policía, en Barcelona, de Juan Martín Luna el día 5 diciembre de 1982. El diputado de EE manifestó que no había quedado claro si Martín Luna disparó y, en todo caso, quién disparó primero, y preguntó al ministro del Interior si pensaba hacer públicos los resultados de la investigación oficial.El titular de la cartera del Interior, José Barrionuevo, contestó que en el momento de esperar a Martín Luna, la policía no sabía de qué persona se trataba. Aseguró que Martín Luna disparó dos veces y añadió que parecía claro "que no hubo otra manera de detenerle". Dijo también que el pasado día 9 se había proporcionado amplia información a la opinión pública y que las fuerzas de seguridad eran conscientes de que sólo podían emplearse las armas en legítima defensa.

Bandrés replicó que la respuesta le recordaba a las proporcionadas por ministros del Interior anteriores como Martín Villa, Ibáñez Freire o Rosón, en situaciones similares. Señaló que, a través de la respuesta proporcionada por Barrionuevo, no observaba que se hubiera producido cambio alguno. Criticó que el ministro hubiera calificado la actuación policial de "ejemplar y meritoria", cuando, según el diputado de EE, la muerte de una persona siempre es un fracaso cuando se produce, aunque penalmente pueda ser correcta.

Juan María Bandrés observó que, en un país democrático, para reducir a un presunto delincuente lo lógico es que rodeen el lugar en que se encuentre numerosos efectivos policiales, equipados con chalecos antibalas, en lugar de cuatro policías, que terminaron produciendo la muerte. Insistió en que la pérdida de la vida humana es siempre un fracaso y nunca un éxito y aseguró conocer a hombres de las fuerzas de seguridad que creen de buena fe que pueden disparar impunemente.

En su contrarréplica, Barrionuevo manifestó, entre otras cosas: "Respecto a que nada ha cambiado, sería bueno que no murieran los policías en enfrentamientos. Eso ya sería un cambio". Fue en este momento cuando los diputados del Grupo Parlamentario Popular aplaudieron con entusiasmo al ministro del Interior. Más tarde, terminada la sesión, los diputados del citado grupo, Miguel Herrero y Fernando Suárez, se dirigieron al banco azul para felicitar a Barrionuevo. Por el contrario algunos diputados socialistas aseguraron a Bandrés que la respuesta ofrecida por Barrionuevo no era la que hubiera dado un socialista.

Por su parte, el diputado de UCD y ex ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, intervino por alusiones para manifestar que, sin querer entrar en las analogías hechas por Bandrés sobre los anteriores ministros del Interior con el actual, deseaba afirmar que nunca estaría en contra de la actuación de un ministro del Interior, aunque éste fuera -aseguró, volviéndose hacia el escaño ocupado por Bandrés- "de su partido". Esta afirmación fue rubricada desde la presidencia del Congreso por las palabras "muy bien" en boca de Gregorio Peces-Barba, quien dirigió con autoridad la primera tanda de preguntas al Gobierno, si bien en los casos en que se vió obligado a retirar la palabra a los diputados no hizo manifestaciones especiales, mientras que cuando privó del uso de la palabra a Miguel Boyer matizó repetidamente que lo lamentaba.

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Las medidas económicas

Once diputados del Grupo Parlamentario Popular expresaron sus reticencias hacia las recientes medidas adoptadas por el Gobierno. Entre ellas destacan la de Miguel Herrero, quien renunció a la réplica y pidió garantías de que la Cámara tendrá en el futuro información puntual sobre las medidas gubernamentales. Asimismo exhortó a que el Parlamento fuera la verdadera casa del pueblo, sin incurrir en los errores de otros gobiernos. Boyer contestó que un anuncio de devaluación nunca se anunciaría previamente, porque sería tanto como advertir a los especuladores.

En respuesta a Manuel Díaz-Pinés señaló que se había dado un tratamiento favorable al gas-oil agrícola. Contestando a Javier Gonzáles Estéfani, el ministro de Economía y Hacienda declaró que las subidas de los productos derivados del petróleo han sido menores que las producidas en los últimos cuatro años, a excepción de la de 1981. A Pedro Schwartz, quien se interesó por los cuadros macroeconómicos, le aseguró que se complementarán los datos ofrecidos hasta el momento, y a Abel Matutes le dijo que el Gobierno espera ser capaz de hacer los presupuestos previstos.

Una de las once preguntas, la de Modesto Fraile sobre las consecuencias concretas de la política de personal y de ventanillas abiertas mañana y tarde en la Administración, fue contestada por el ministro de la Presidencia, Javier Moscoso, quien aseguró que todavía no han sido acordadas tales medidas y que, en todo caso, no aumentarán el gasto público ni el horario de los funcionarios.

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