Alianza Democrática gana más de la mitad de las alcaldías portuguesas, aunque retrocede en las principales ciudades
La coalición gubernamental de centro-derecha, Alianza Democrática, con un 43,8% de los votos, resultó vencedora de las elecciones municipales celebradas el pasado domingo en Portugal y controlará más de la mitad de las alcaldías del país, aunque sufrió un retroceso del 3,8% con respecto a los comicios locales de 1979 y perdió la mayoría absoluta en las dos principales ciudades del país, Lisboa y Oporto.
El Partido Socialista (PS) tuvo siempre según datos de media tarde de ayer, una mejora de 3,4% del número de votos y llegó a la cifra del 31,1%. El partido comunista se mantuvo en e 20,5%, 0,5% más que en las anteriores elecciones.Estos resultados suponen que de un total de 305 alcaldías en disputa, Alianza Democrática gana 162 (treinta menos que en 1979); el Partido Socialista, 86 (veintitrés más), y el partido comunista, 56 (seis más que hace tres años). Las principales pérdidas de la coalición gubernamental se han registrado en el norte del país, donde ha sido derrotada por los socialistas en ciudades como Guimaráes, Vila Nova de Gaia, Santo Tirso, Espinho y Coimbra.
La visita oficial que Pinto Balsemâo emprende hoy a Estado, Unidos proporciona a las grandes formaciones políticas portuguesas un oportuno período de reflexión para estudiar los resultados de estas elecciones.
Encuentros poselectorales
Ayer los estados mayores políticos celebraron sus primeros en cuentros poselectorales y el primer ministro, Pinto Balsemáo comentó los resultados de los comicios con Freitas do Amaral ambos en calidad de presidentes de los dos mayores partidos de la coalición gubernamental; pero será necesario esperar hasta el próximo fin de semana para conocer las grandes conclusiones estratégicas y tácticas de los líderes de Alianza Democrática.La prudencia es la nota dominante de los comentarios de los principales responsables políticos portugueses, pasada la febrilidad de la madrugada de ayer, en que cada uno de los cuatro grandes se esforzaban en presentar sus propios resultados bajo el aspecto más favorable.
"Victoria socialista", afirmaba Mario Soares. "Hemos alcanzado todos nuestros objetivos. Con más del 30% de los votos, el Partido Socialista es de nuevo el mayor partido portugués; Alianza Democrática perdió la mayoría absoluta que afirmaba tener desde 1979, ydesde el estancamiento de los comunistas somos el único partido de oposición que registra un crecimiento indesmentible". "Derrota de la derecha", afirmaba Cunhal. "El presidente debe dimitir y convocar elecciones generales para permitir a las fuerzas democráticas que formen un Gobierno de acuerdo con la voluntad de la mayoría del electorado".
"No hay derrota ninguna de Alianza Democrática y mucho menos del PSD", protestaba Pinto Balsemáo. "La erosión sufrida después de dos años de Gobierno en condiciones particularmente difíciles es mínima; el electorado ha confirmado su confianza en la actual mayoría y en su Gobierno, y éste debe prepararse para la fase final de su mandato y disponerse a llevar a Alianza Democrática a una nueva victoria en las legislativas de 1984".
Sin nombrarlos, Freitas do Amaral criticaba duramente a Soares y a Balsemáo. Según él, es tan irresponsable la pretensión a la victoria del Partido Socialista como la afirmación del primer ministro de que no pasó nada. Ni derrota ni victoria para Alianza Democrática, pero sí un dato que indica que ciertas cosas deben ser enmendadas en la mayoría y en la acción del Gobierno, y que hay que proceder a reajustes de fondo con urgencia pero sin dramatismo, ya que para los democristianos la transferencia de votos de Alianza Democrática para el Partido Socialista consolida la mayoría constitucional.
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