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El ministro de Defensa y la plana mayor del Ejército honran a las víctimas del terrorismo

"La Patria le devuelve agradecida el beso que recibió". Esta frase, evocadora de una estrofa del himno de Infantería, resume, en cada una de las veintiuna placas de plata entregadas ayer a otros tantos familiares de militares fallecidos en acto de servicio durante los últimos seis años la mayoría, víctimas del terrorismo-, el significado del homenaje realizado en el cuartel general del Ejército, que ha quedado institucionalizado para años sucesivos.

En presencia del Consejo Superior del Ejército en pleno, tanto el ministro de Defensa, el socialista Narcís Serra, como el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Rarrión Ascanio, resaltaron el valor ejemplarizador del acto.Las personas que habían de recibir las placas se congregaron a partir de las cuatro de la tarde en el salón de embajadores del cuartel general del Ejército, adonde poco después llegaron las autoridades que presidieron el acto, encabezadas por el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor del Ejército, acompañados de los once capitanes generales de regiones militares, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar director general de la Guardia Civil y, demás miembros del Consejo Superior del Ejército.

El teniente general Ascanio re saltó que con el acto que se cele braba se institucionalizaba el ho menaje anual a los militares fallecidos en guerra, asesinados por el terrorismo o muertos en otras formas de acto de servicio. "Es necesario que todos los españoles tomen conciencia del respeto y veneración debido a estos héroes, a quienes se sacrificaron por la paz", dijo. Añadió que es preciso que quede algo más que el recuerdo cariñoso en el corazón de los familiares y en el de los mandos la memoria hacia unos excelentes servidores de la Patria. El jefe del Estado Mayor del Ejército afirmó que, en un momento en que "la sociedad está esperanzada en la solución de sus problemas y España se encuentra ilusionada", es preciso rendir un recuerdo emocionado a quienes hicieron posible esta realidad. "Coino militar y como ciudadano", terminó, "rindo homenaje a esas memorias".

A continuación, se produjo el toque de oración y se arrió la bandera de España a media asta, mientras el ministro y los militares presentes se mantenían en posición de firmes. Seguidamente fueron entregadas las veintiuna placas a los familiares -en su mayoría viudas, en algunos casos acompañadas de sus hijos- de dieciseis militares "vilmente asesinados en atentados terroristas" y de otros cinco fallecidos en maniobras, ejercicios tácticos o de tiro u otros actos de servicio.

Los veintiún militares pertenecientes al Ejército de Tierra a quienes se rindió homenaje ayer se agrupan así, según su graduación: un teniente general, dos generales de división, tres generales de brigada, tres coroneles, tres tenientes coroneles, dos comandantes, un teniente, un suboficial, un cabo y cuatro soldados.

Cerró el acto el ministro de Defensa, Narcís Serra, quien manifestó su emoción por quienes cayeron por España en acto de servicio. Añadió que esta emoción se exaltaba al escuchar, ante los familiares de los fallecidos, el toque de oración mientras se arriaba la bandera. Aseguró que es necesario que el recuerdo de morir por España "debe legarse como ejemplo a todos los españoles".

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Narcís Serra señaló que detrás de las placas de plata que se acababan de entregar está el deseo de que cada año, en esta fecha, se realicen actos de exaltación a los fallecidos en acto de servicio. Destacó la presencia de los capitanes generales de las distintas regiones militares y concluyó asegurando que "este acto de reconocimiento y admiración será ejemplo para las Fuerzas Armadas de cómo se debe servir a España y para todos los españoles, de las altas cotas con que las Fuerzas Armadas quieren servir a España".

Las palabras del ministro de Defensa, que saludó a cada una de las personas que recibieron las placas, fueron objeto del único aplauso del acto, que concluyó con la interpretación de¡ himno de Infantería, cantado por los militares asistentes, los familiares de los fallecidos y el propio Narcís Serra, quien finalmente dio un "¡Viva a España!", que fue coreado por los presentes.

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