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El último histórico de los 'grapo'

El seguimiento de Martín Luna formaba parte de una amplia operación policial para acabar con los GRAPO

El máximo dirigente de los GRAPO que aún permanecía en libertad, Juan Martín Luna, murió ayer en Barcelona víctima de los disparos de la Policía, que le aguardaba, a las 9 en punto de la mañana, en la esquina entre las calles Valencia y Cartagena. La Policía afirma que el terrorista llegó a hacer dos disparos antes de caer abatido. Esta operación policial es valorada por fuentes de la Seguridad del Estado como el tantas veces anunciado golpe final a esta organización terrorista. Su gestación inmediata arranca, 48 horas antes, con la detención de uno de los autores de un fallido atraco a un banco de la ciudad, a la que siguieron otras dos.

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Los preparativos se remontan, sin embargo, a varios meses atrás y en ellos han participado funcionarios adscritos a la Brigada Central de Información y a las Brigadas Regionales de Información de las Jefaturas Superiores de Policía de Sevilla y Barcelona, según supo EL PAIS de fuentes policiales destacadas en Cataluña.A primera hora de la mañana del pasado viernes, el cajero de una sucursal bancaria barcelonesa se disponía a iniciar su jornada habitual. Dos hombres y una mujer jóvenes le encañonaron con sus armas y le advirtieron de que se trataba de un atraco en regla, sin mayores especificaciones, y le ordenaron actuar con normalidad. El cajero aprovechó un momento de descuido de los asaltantes y se dio a la fuga, corriendo hasta una cabina próxima, desde la que avisó a la Policía.

Cuando, a los pocos minutos, los inspectores de la Brigada de Seguridad Ciudadana se personaron en la sucursal, los dos jóvenes habían huido pero la chica fue detenida. Las primeras comprobaciones permitieron confirmar que su documento de identidad era falso. En ese momento se encendió el piloto de alarma que puso en marcha a los perseguidores de los grapo aún en libertad.

Pocas horas después del fallido atraco, y desconociendo que la muchacha estaba en manos de la policía, los dos hombres acudieron, según lo convenido, a una esquina donde estaba prevista la cita de seguridad que debía permitirles comprobar que no se habían producido detenciones. Allí les esperaban varios inspectores que lo detuvieron antes de que pudieran darse siquiera cuenta de lo que les estaba sucediendo.

Los dos hombres entraron, de acuerdo con la terminología policial, en la cita. Desde ese momento, la policía tuvo la certeza de que estaba en la pista buena. Pero el tiempo apremiaba. Si el comando detenido se desenvolvía en Barcelona, conforme a las noticias existentes, alguno de los máximos responsables operativos de la organización debía de estar cerca. Las primeras declaraciones de los detenidos, a quienes se les aplicó la legislación antiterrorista, confirmaron esta impresión.

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El MULC (Mando Unificado de Lucha Contraterrorista) localizó varios pisos francos en Barcelona y otros tres; en otras tantas ciudades españolas. El despliegue policial en Valencia, Madrid y Sevilla se llevó a termino al mismo tiempo que se reconstruían los pasos y se esbozaba, el retrato robot del dirigente de los GRAPO con el que los miembros del comando debían encontrarse a las pocas horas.

A las nueve de la mañana de ayer Juan Martín Luna, o José Arias Martínez, nombre falso que utilizó en ocasiones, también entró en la cita. Acudió a las inmediaciones de la Granja del Prado a un encuentro que creía convenido con sus camaradas, pero donde le esperaba la muerte.

Las mismas fuentes, que han seguido sobre el terreno las investigaciones que condujeron a la localización de Martín Luna, manifestaron que desde tiempo atrás se tenía la confirmación de que el máximo dirigente de los GRAPO operaba en Barcelona, donde al menos había ocupado una vivienda. Esto se supo con la detención hace varios meses, en Cádiz, la ciudad natal del fallecido dirigente de los GRAPO, del también miembro de la organización Pedro Luis Cuadrado, quien, al parecer, actuaba como enlace del primero en Andalucía.

La policía, siempre según las informaciones obtenidas por este periódico, estableció hace semanas un plan coordinado de trabajo bajo la dirección del Mando Unico para la Lucha Contraterrorista, en el que intervenían indistintamente especialistas del grupo anti-GRAPO de la Brigada Central de Información y funcionarios de las Brigadas Regionales de Información de Barcelona y Sevilla, precisamente estos últimos pertenecientes a las zonas donde, al parecer, se movía o ejercía influencia en los últimos tiempos el grapo fallecido.

Las mismas fuentes señalan que la operación policial estaba en conocimiento del nuevo ministro del Interior, José Barrionuevo así como de los principales miembros de ese departamento que aún continúan en sus puestos.

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