División de opiniones en torno a la necesidad y oportunidad de la devaluación
Entre las numerosas opiniones recogidas en las horas inmediatas al anuncio de devaluación de la peseta se perfilan tres corrientes diferenciadas. Los técnicos la consideran necesaria y casi obligada. Los políticos -sólo se han registrado reacciones desde la derecha- afirman que será ineficaz y debe ir acompañada inmediatamente de medidas estabilizadoras. Los empresarios se mantienen, en general, en una posición intermedia, pero más próxima a la de los técnicos consultados.
Para José Luis Leal, ex ministro de Economía y hoy asesor del sector privado, Ia devaluación era necesaria, porque nuestros precios crecían desde hace dos años más deprisa que los del Mercado Común, lo cual no se reflejaba en un tipo de cambio artificialmente sostenido. Lo que estaba en manos del Gobierno era el momento de llevarla a cabo. Al haber elegido hacerlo al inicio de la legislatura, el nuevo Gobierno parece inclinarse por una estrategia similar a la adoptada por el Gobierno socialista sueco hace unas semanas, que consiste en enfrentarse con los problemas al principio en vez de aplazarlos"."Lo que dará una idea cabal de la voluntad política del nuevo Gobierno", añade Leal, serán las medidas complementarias que adopte. El objetivo fundamental de una devaluación consiste en reasignar recursos productivos hacia la exportación. Y esto no se consigue tan sólo mediante una simple alteración de la paridad de la moneda".
Una línea similar ha sido la de otro experto, José Diego Tejeiro, asesor económico de la Asociación Española de la Banca Privada: "Las devaluaciones no se hacen. Se gestan cuando se decide financiar internamente, a contracorriente con respecto al resto del mundo, una política económica relativamente más expansionista que la de los otros países. A posteriori, sólo queda la decisión de reconocer la devaluación. Así, ahora la decisión es acertada. Era necesaria y urgente. Por lo tanto, felicito por su coraje al nuevo presidente del Gobierno y al nuevo ministro de Hacienda y Economía". "Mirando al futuro", dice también el experto de la AEB, "si se quieren evitar situaciones similares es necesario reconocer con frialdad las causas que han traído estos efectos. Son una elevación de salarios excesiva y un crecimiento del déficit público vertiginoso. No basta con mantener las posiciones actuales. Hay que reducirlas".
Los empresarios, por su parte, resaltan que la peseta estaba abocada a la devaluación.
Para Rafael Termes, presidente de la patronal bancaria, "es la que conviene al país", si bien puede no servir de nada sin medidas complementarias. Juan Antonio Delgado, de Cros y del Círculo de Economía, entiende que "aparece como puramente defensiva".
El más rotundo es Alfredo Molinas, presidente: de la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional, para quien el 8% decidido responde a "presiones y especulaciones extranjeras", aunque el hecho de haber recibido el anuncio en la tarde del sábado le recuerda "a la forma empleada por el antiguo sistema".
Tras señalar que "esta medida es una demostración de la rapidez con la que piensa actuar el Gobierno", añade: "Pero creo importante que esta rapidez vaya acompañada de una visión de conjunto y una coordinación de toda la actuación económica que no hemos podido conocer a través del debate parlamentario. No entendemos que medidas restructivas como el aumento del 13% en las disponibilidades líquidas puedan ir acompañadas de un incremento de los sueldos". También es similar la declaración de José Luis Cerón, empresario de autopistas y presidente de la Comisión de Economía de la patronal CEOE. "Lo peor que le puede ocurrir a una moneda", apunta en sus palabras al diario Informaciones, pronunciadas antes del anuncio oficial, "es la incertidumbre sobre el futuro",
"Evidentemente", agrega, "una decisión de este tipo exige actuaciones complementarias. Cualquier decisión sobre la, evolución de la peseta no puede considerarse al margen de las demás decisiones de política económica que se adopten".
Políticos
En cuanto a las reacciones de los políticos, todos ellos de Alianza Popular, Alfonso Osorio estima que, en principio, es lógica y necesaria", pero reclama otras medidas estabilizadoras, como la congelación de precios y salarios, para luego advertir que "sería muy negativo que entremos en un proceso de devaluación sucesivo, como ha ocurrido en Francia". Algo más crítico es Guillermo Kirpatrik, para quien "es contradictorio anunciar que la inflación va a ser contenida y luego devaluar". Todavía más rotundo, José Ramón Lasuén opina que el Gobierno tendrá que devaluar de nuevo antes de un año.Desde posiciones ajenas a AP, Vicenc Oller, consejero de Industria de la Generalitat, cree conveniente la medida para parar la especulación, mucho más justificada si es complementada con otras medidas, y un nuevo golpe para los importadores.
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