_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Otra tendencia negativa

Esta semana ha traído para muchos la sospecha, y para algunos la certeza, de que una nueva tendencia negativa está en curso o, cuando menos, está comenzando su desarrollo. Los motivos para pensar así vienen dados por el descenso que a partir del martes han registrado los índices generales en las bolsas españolas, la disminución paulatina de los volúmenes de contratación y la ausencia de expectativas claras para el mercado.La semana comenzó con lo que parecía un voto de confianza para el Gobierno que llegaba y se traduje, inmediatamente en expectativas e ilusiones, o al menos se quiso ver así. Pero ya. el martes el mercado mostró más claramente por dónde iba, y las expectativas, ilusiones y deseos se desvanecieron casi tan rápidamente como habían nacido. La lectura del programa de gobierno, el debate y la investidura del presidente apenas han hecho parpadear al mercado. Comentarios hubo para casi todos los gustos, pero la cosa no pasó de ahí.

El. sector que más ha sufrido la situación ha sido precisamente el que en las últimas sesiones de la semana anterior y la primera de ésta actuó como motor del mercado. La rentabilidad de las acciones eléctricas se ponía en entredicho ante el anuncio del recorte de dividendos de que podrían ser objeto en un futuro próximo. La reacción no se hizo esperar, y el grupo no sólo perdía, las 77 centésimas ganadas el martes, sino que para el total de la semana llegaba a perder casi los tres puntos.

El mercado se quedó sin motor y, lo que es peor, no encontró a mario medio alguno para frenar. Comenzó lo que en principio se llamaron pequeños movimientos a la baja, que, sumados, han sido la causa principal de que empiece a hablarse de tendencia.

El sector de valores bancarios venía mostrando una apatía de la que aún no ha salido y, a pesar de que aumenta la oferta de sus acciones, la situación sigue siendo tranquila.

Especial importancia ha tenido esta semana la aceptación -casi habría, que decir rechazo- que liar, tenido las primeras ampliaciones de capital de las empresas eléctricas. El precio a que salieron los cupones al mercado, apenas modificado a lo largo de la semana, y el precio a que quedaron las acciones viejas el viernes han hecho aparecer serias dudas sobre su futuro. Tras la última sesión, el precio de tina acción nueva y el de una vieja era casi igual para Hidrola, y más cara la nueva para Sevillana.

La situación que queda para la semana que viene es la de abundante papel y alguna que otra incertidumbre, que, si no sucede nada durante el largo fin de semana, no habrán de traer alegrías al patio de operaciones. La total ausencia de expectativas vuelve cauto al dinero y, volvemos a repetirlo, el propio mercado de valores ofrece unos canales alternativos que permiten a los capitales circular con mayor seguridad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_