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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las denuncias sanitarias y el prestigio de la sanidad

Se viene difundiendo con frecuencia la idea de que las denuncias sobre fraudes e irregularidades que se cometen a diario en el ámbito sanitario de la Seguridad Social acarrean un constante desprestigio a éste. Y es posible que con tal bombardeo ideológico se llegue a producir en el ciudadano corriente, e incluso entre los sanitarios, el convencimiento de que la sanidad pública es incontrolable, insostenible e ineficiente y que, por tanto, debería desaparecer.El hecho de que no se hubieran publicado los escándalos no querría decir que no se hubieran producido. Supondría sólo que la población no habría sido informada, lo cual habría facilitado que el escándalo se hiciera mayor. Ahora la gente va sabiendo a qué atenerse y desconfía, a veces con razón, y pregunta, y exige, y quiere saber, y eso beneficia a todos. La población se pregunta por qué la Administración ha venido permitiendo esas situaciones. Y obtiene la respuesta cuando, a través de las informaciones, puede descubrir las conexiones personales y de grupos que se dan.

Algunos quieren ver en esas publicaciones un ataque a lo que llaman la clase médica. Quizá prefieran que el asunto sanitario fuera un coto cerrado que sólo fuera conocido por los profesionales sanitarios y que la población permaneciera en la ignorancia. Ellos sabrán para qué. Pero lo cierto es que la gente va sabiendo a quién tiene delante, y sigue teniendo confianza en el médico que se la inspira porque no comercia con su enfermedad, porque no le piede monedas a cambio de su salud o su vida y le trata con humanidad y honradez, con dignidad, sabiendo que no hay otros intereses ocultos. Y no dejan de tener confianza en ese médico porque las denuncias salpiquen a otros. Es cierto que la asistencia sanitaria de la Seguridad Social está desprestigiada. Pero también es evidente que este desprestigio no se ha producido por las denuncias aparecidas en los medios de comunicación, sino por la forma de ejercer el acto sanitario de algunos profesionales, por el sometimiento general a unas determinadas condiciones de trabajo que, de alguna manera, resultaban ventajosas por el acatamiento sumiso de una rutina profesional inducida por la Administración. / y diez firmas más de miembros de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, Agrupación de

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