Reforma administrativa y 'nuevo rumbo' en Exteriores, cambios más notables del equipo socialista

Junto con el tema de la agilización y moralización de la Administración pública, considerada la reforma prioritaria en España desde hace muchas décadas, el análisis de la composición del próximo Gabinete socialista hace pensar que los mayores cambios en profundidad respecto al Gabinete de UCD corresponderán, previsiblemente, al área de Exteriores.Hace solo dos años, el que será superministro de Economía, Hacienda y Comercio, Miguel Boyer, declaraba a la revista Interviú que "no hay apenas diferencia entre la política económica que puede aplicar el PSOE y la UCD". Las líneas programáticas de lo que será su actuación fueron expresadas por Boyer en una conferencia pronunciada en Santander, donde señaló que "una larga etapa de austeridad y sacrificio es inevitable". Existe la necesidad'de "generar una demanda exterior de exportaciones espafíolas que estimule el nivel de actividad, que no puede globalmente ser estimulado por medios internos sin hacer insostenible la situación de la balanza de pagos. Para ello, es conveníente que continúe la depreciación exterior de la peseta y que se contengan los costes de trabajo". Pese a esta aprecicaión, Boyer declaró recientemente que no habrá un plan de estabilización impulsado desde el Gobiemo.

Carlos Solchaga, otro socialdemócrata que, desde el Ministerio de Industría, será clave en la planíficación económica y a quien se considera ligado a Boyer, señalaba hace un año que las dos piezas clave de esta planificación serían "un acuerdo de empleos y salarios para reducir el coste del factor trabajo y desincentivar la inflación y una política fiscal expansiva, basada en el aumento de la inversión pública". Como piezas de segundo orden, el plan socialista prevé una política de reindustrialización instrumentada en gran medida a través de la empresa pública y basada en el desarrollo del sector energético y el apoyo a la exportación". El aumento de la presión fiscal estaba cifrado entonces por Solchaga en tomo a un punto anual.

Todo hace pensar que el resto del equípo económico, de perfiles moderádos, se mantendrá en la línea marcada por el tándem Boyer-Solchaga, quienes pertenecieron al equipo creado por Francisco Fernández Ordóñez cuando era presidente del Instituto Nacional de Industria. Caso aparte, tal vez, es el del joven economista bilbaíno Joaquín Almunia, considerado uno de los hombres más prometedores del PSOE, muy ligado al sindicato UGT, del que era asesor economista y a quien no puede incluirse en el ala socialdemócrata del partido.

En Interior, la presencia de José Barrionuevo, quien gobemó con mano de hierro a la policía municipal madrileña, permite asegurar, al menos, una política de firmeza en el dificil departamento, donde se prevén cambios estructurales ¡niportantes en policía -unificación de los cuerpos- y Guardia Civil, al margen de varias sustituciones de mandos policiales. El actual adjunto de Barrionuevo en el Ayuntamiento, Rafael Vera, podría secundarle también en el Ministerio, si Carlos San Juan acaba rehusando la dirección de la Seguridad del Estado. Pese a su carencia de suficientes contactos entre las Fuerzas Armadas, Narcís Serra puede contar, como ministro de Defensa, con el prestigio y simpatías acumulados a raíz de la organización del Día de las Fuerzas Armadas el año pasado en Barcelona.

La LOAPA, adelante

La presencia de Tomás de la Cuadra Salcedo al frente de Administración Territorial ha sido acogida con ciertas reservas en las nacionalidades, que han valorado la participación del futuro ministro en la redacción del primer borrador de la LOAPA, la polémica ley de la que otro ministro iniciahnente nacionalista, Ernest Lluch, se ha mostrado igualmente partidario en sus intervenciones públicas.

Tanto Tomás de la Cuadra como el futuro equipo de Justicia, encabezado por el magistrado Fernando Ledesma, parecen influidos por lo que en el interior del PSOE se califica como espíritu Peces-Barba o vaticanista. Desde esta perspectiva, un tanto confesional, temas como la reforma del Código Penal en lo referente al aborto pueden vaticinarse como de avance cuando menos lento.

Un departamento clave en la concepción del cambio que sustenta el programa socialista será el de Presidencia, que posiblemente pasará a denominarse. de Administraciones Públicas. Titular de este Ministerio será Javier Moscoso del Prado, militante del Partido de Acción Democrática (PAD) de Fernández Ordóñez. Tal vez por ello, la presencia de Moscoso en el Gobierno fue combatida desde algunos sectores del PSOE, pe.se a su experiencia en la Administración: secretario general de Relaciones con las Cortes en 1.979, secretario general en el ministerio adjunto a la Presidencia, en La Moncloa -bajo las órdenes de Rafael Arias-Salgado- y, finalmente, secretario técnico para las relaciones con la Administración de justicia, con Femández-Ordóñez. La tarea de reformar y moralizar la Administración pública, una de las que primero emprenderá el Gobiemo González, correrá a cargo de Moscoso, quien, previsiblemente, aumentará el exiguo número de funcionarios bajo sus órdenes.

Sin embargo, será en Exteriores donde el Gabinete socialista tratará de imprimir una definición más nítida a la política española. Congelar la participación española en el ala militar de la OTAN será uno de los primeros pasos de Femando Morán, un veterano diplomático que admira secretwnente al jefe de la diplomacia francesa, Cheysson, y que ha declarado que la permanencia de España en la Alianza Atlántica con una situación similar a la de Francia sería una buena solución, de momento.

Muy probablemente, el prometido referéndum acerca de la pertenencia o no de nuestro país al club atlántico, quedará pospuesto hasta dentro de dos años, siguiéndose en esto el modelo Papandreu. Fernando Morán está considerado un experto en temas norteafricanos, latinoamericanos y portugueses, lo que podría ser un buen indicio de los nuevos rumbos abiertos a la diplomacia del palacio de Santa Cruz.