Los mensajes de Calvo Sotelo
Considerado como un orador gris, Calvo Sotelo ha circunscrito la mayoría de sus discursos políticos al ámbito parlamentario, no apareciendo en televisión, a diferencia de su antecesor, más que en contadas ocasiones y siempre para dar a conocer, brevemente alguna importante decisión o toma de postura.Su discurso de investidura, centrado esencialmente en temas económicos, fue pronunciado el 19 de febrero de 1981. El entonces candidato a la presidencia del Gobierno, que no consiguió su propósito de ser investido por mayoría absoluta en el primer intento -el segundo se vio interrumpido por el golpe de Estado fallido del 23 de febrero, y en el tercero ya consiguió la mayoría absoluta- anunció algunas novedades en el terreno económico, como la acción estatal concertada en el campo de los hidrocarburos, el plan trienal de inversiones públicas y la decisión de aplicar precios reales en el campo energético.
En política internacional se pronunció por una estrategia occidental clara e irreversible y en cuanto a las autonomías reafirmó su intención de cumplir y aplicar los estatutos vigentes, así como poner en marcha los restantes. Destacaron, sin embargo, sus silencios, ya que el candidato, en lo que sería el planteamiento de las líneas básicas de su política, nada dijo sobre el divorcio, la cultura y la enseñanza.
En octubre de 1981, Calvo Sotelo volvió a subir a la tribuna de oradores del Congreso para defender la entrada de España en la OTAN y mostrarse contrario a la convocatoria de consulta propugnada por la oposición, aduciendo la imposibilidad de la neutralidad y la amenaza soviética por una parte y su negativa a utilizar "soluciones del régimen de Franco" por otra, alusión esta última fuertemente contestada por los diputados de izquierda.
Menos de un mes más tarde el presidente del Gobierno compareció de nuevo ante la Cámara baja para explicar su reajuste ministerial. Sin embargo, la inquietud por el manifiesto de los cien hecho público por aquellos días, y el temor a una nueva intentona golpista desviaron el sentido de aquel discurso, que dedicó a condenar el documento y a tranquilizar a la opinión pública, dejando casi inexplicada la remodelación ministerial, de la que sólo dijo que obedecía a razones administrativas.
En una breve intervención en televisión, en mayo de 1981, Calvo Sotelo volvió a tranquilizar al país ante la escalada terrorista contra mandos militares y anunció que no se tomarían nuevas medidas de excepción en la lucha contra el terrorismo. A principios de este año, intervino brevemente en un programa especial sobre Polonia realizado por el Gobierno norteamericano, condenando públicamente la decisión de aplicar la ley marcial en aquel país. En junio pasado, se dirigió a la nación para valorar la sentencia contra los implicados en el golpe del 23-F y anunciar la interposición de recursos de casación ante el Tribunal Supremo. El pasado 28 de agosto habló al país por radio y televisión para explicar las razones por las que convocó elecciones legislativas. En su discurso dijo que la situación que atravesaba el país no permitía abrir las Cortes en condiciones aceptables de estabilidad y eficacia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.