Salvador Dalí,
abandonó ayer de forma inesperada, por primera vez desde la muerte de su esposa Gala su refugio del Castillo de Púbol (Girona) para trasladarse a la localidad próxima de Figueres, en donde visitó el museo que lleva su nombre, informa Efe. Dalí realizó esta visita en compañía de su íntimo amigo el también pintor Antonio Pitxot y en el curso de su paso por las galerías fue ovacionado larga y cariñosamente por las personas que allí se encontraban. El pintor gerundense, emocionado por los aplausos del público, pidió que el museo se iluminara al máximo y que sonara la música de fondo, utilizada sólo en ocasiones especiales. El motivo del desplazamiento de Dalí a Figueres tenía como motivo entregar a la dirección del museo un nuevo óleo titulado Singularitas, pintado recientemente.
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