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Entrevista:

"Convergència está dispuesta a colaborar en la reconstrucción del espacio centrista"

Miquel Roca Junyent ya no puede ser "decisivo en Madrid", como rezaba el eslogan electoral de la coalición Convergéncia i Unió (CiU). El mismo reconoce que sus doce diputados han de aprender a hacer de oposición, después de pasarse cinco años contribuyendo a la "gobernabilidad del Estado". En unas declaraciones a EL PAÍS, el dirigente nacionalista afirma que CiU está dispuesta a ayudar a la reconstrucción del centro en España, porque, "si Fraga es realmente la alternativa a los socialistas, mucho me temo que tenemos Gobierno del PSOE durante veinte años".

Pregunta. ¿Esperaba estos resultados electorales?Respuesta. El resultado, en número de votos, ha cubierto suficientemente nuestras aspiraciones. Obtener más votos que en las elecciones al Parlamento catalán es, para nosotros, partido nacionalista, un resultado extraordinario, absolutamente satisfactorio. En cuanto a escaños, por el contrario, la regla D'Hont ha vuelto a jugar desfavorablemente con nosotros: en 1977 sacamos, con el 16,5% de los votos, once diputados; en 1979, con un porcentaje similar, ocho diputados; y ahora, con casi el 26%, hemos obtenido doce diputados.

P. Pero para una coalición como Convergéncia i Unió era importante, además del resultado propio, el que obtuvieran las demás fuerzas, ya que ustedes querían ser "decisivos en Madrid".

R. Un partido político sólo está obligado a responder de sus propios resultados. Es decir, nosotros no podemos ser responsables de la derrota del PSUC y de que esto se haya traducido en un incremento de votos importante para los socialistas. Lo que sí podemos decir es que, en porcentajes, el espacio que va desde los socialistas hasta la extrema izquierda ha perdido en Cataluña 1,4 puntos desde 1977, lo que significa que hemos ganado ese espacio a la izquierda. Si estos resultados se extrapolaran al conjunto de España, los socialistas únicamente hubieran obtenido 151 diputados. ¿Qué ha pasado? Pues que ha habido una fuerza, el centro, que ha fallado totalmente, que ha desaparecido, gracias a lo cual los socialistas han obtenido una mayoría absoluta que, lógicamente, impide la acción que a nosotros nos gustaba y que queríamos hacer, que era la de influir decisivamente en la vida política española.

P. ¿Qué nueva estrategia tendrá, pues, la Minoría Catalana, para readecuarse a esta nueva situación?

R. Nuestra estrategia es ser un partido de oposición. Hemos de aprender a ser un partido de oposición, porque hasta ahora, propiamente, Convergéncia ha sido un partido de oposición atípico. Nuestros votos no eran siempre necesarios, pero a menudo sí, y existía una responsabilidad que suponía un límite a nuestras iniciativas. En la nueva situación nuestra oposición será seria y tranquila, no sistemática, pero sí constante y tenaz. Una oposición diferenciada de la de Alianza Popular, con la que no estamos dispuestos a hacer ningún tipo de pacto. Se trata de un nuevo estilo que hemos de aprender y ya nos hemos impuesto un período de prueba de cinco o seis meses para ensayar cómo se hace una oposición bien hecha.

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P. La Minoría Catalana jugaba en Madrid otro papel, además del propiamente parlamentario, que era el de garantizar la acción de gobierno en la Generalitat, favorecer los intereses del Gobiemo Pujol. ¿Cómo van a mantener ahora esa faceta?

R. Esta es una de las ventajas de la nueva situación. Hasta ahora nuestra política española venía influida de manera muy directa por la política catalana. Esto seguirá existiendo, porque es consustancial a un partido nacionalista, pero con más tranquilidad, porque nuestra actuación ya no condiciona nada en Madrid. Las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno central serán mucho más libres, más institucionales, menos de partido a partido. Y creo que esto es bueno.

El debate sobre la LOAPA

P. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre la LOAPA, ¿cerrará el debate?.R. Yo siempre he dicho, ya desde antes de Ias elecciones, que no. Porque, dejando siempre al Tribunal la libertad de pronunciarse desde la visión técnico-constitucional que le corresponde, la LOAPA es un problema esencialmente político. Siempre se ha dicho de la Constitución que es flexible y que, por tanto, admite un abanico de interpretaciones. Podría darse el caso, lo digo como hipótesis, que el Tribunal dijera que la LOAPA es una de las interpretaciones posibles de la Constitución y es constitucionalmente correcta. Pero eso no querría decir que no hubiera otras veintinueve interpretaciones diferentes, también posibles y también correctas.

P. ¿Ustedes están dispuestos a contribuir a la reconstrucción del espacio centrista en España?.

R. En la misma noche electoral afirmé por TVE que aquí necesitamos un espacio de centro. Nuestro partido, Convergéncia Democrática, ya nació contra la bipolarización del país y resulta sensato que si esta polarización se ha producido, excepto en Cataluña y País Vasco, nosotros queramos propiciar, estimular, avalar, ayudar a hacer, una operación de centro en el resto de España. Lo necesitamos como el pan que comemos. Yo creo en la necesidad de una operación de centro, y resulta que las dos únicas operaciones de centro entendidas como espacio político entre AP y PSOE que han resistido esta bipolarización han sido el PNV y nosotros.

"Somos el centro en Cataluña"

P. Un acuerdo de Lavilla con Fraga para ir juntos a las municipales, ¿excluiría un pacto entre UCD y Convergència?.R. No digo que excluya, pero evidentemente lo dificultaría sensiblemente. Por otro lado, nosotros hemos de contemplar nuestras relaciones en Cataluña no en la línea de acuerdos con otras fuerzas, sino en la de afirmar que aquí el espacio centrista lo cubrimos nosotros.

P. Es decir, que esa operación de reconstruir el centro no incluye a Cataluña.

R. Evidentemente, no. En Cataluña el espacio reformista o centrista lo ocupamos nosotros. Lo que podemos contemplar con generosidad es la incorporación de aquellas personas y colectivos que en este ámbito puedan identificarse básicamente con lo que nosotros representamos. De la misma manera que el espacio del nacionalismo operativo somos nosotros, el espacio del centrismo operativo en Cataluña también somos nosotros.

P. ¿Eso implica la voluntad de CiU de acudir en solitario a las elecciones municipales?

R. La vocación de CiU es ir sola a las municipales, pero abierta generosamente a la incorporación de personas procedentes de sectores que no son estrictamente los nuestros, pará ampliar así nuestro abanico o darle más eficacia.

P. La dirección de CiU no es partidaria de modificar el Gobierno monocolor en la Generalitat, pero, ¿puede sostenerse un Gobiemo que depende de los votos de dos grupos centristas en descomposición?.

R. Nosotros creemos que no hay motivo para alterar nada, por dos razones, una de principio y otra práctica. Yo me resisto a admitir que unas elecciones al Parlamento español sirvan para alterar las relaciones de fuerzas en la Cámara catalana, porque, de ser así, a partir de ese momento sólo deberíamos celebrar elecciones legislativas y sacar luego los porcentajes para constituir los Parlamentos autonómicos.

P. Pero se trata de repercusiones políticas, y ustedes tienen unos aliados en el Parlamento que están en crisis...

R. Los aliados de los socialistas, los comunistas, están como mínimo en la misma crisis que la UCD. Ya sabemos que tendremos dificultades, que perderemos votaciones, pero el país no se merece que le sometamos a un cambio espectacular en la política de la Generalitat a escasos meses vista de unas municipales y del fin del mandato del Parlamento. Nunca nadie ha planteado políticas alternativas a la actuación del Consell. Pero si las dificultades son insalvables y hemos de dejar el Gobierno, lo dejaremos, y allá cada cual con sus responsabilidades.

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