Paz, desarrollo y democracia, oferta de EE UU a Latinoamérica, según el secretario de Estado
A dos semanas del primer viaje a Latinoamérica del presidente Ronald Reagan, Estados Unidos definió su política global hacia sus vecinos del Sur con un discurso del secretario de Estado, George Shultz, pronunciado ante la asamblea ministerial de la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington. Preservar la paz, estimular el desarrollo y favorecer la democracia son los objetivos principales de EE UU hacia Suramérica, según dijo.
Pero las tensiones en América del Sur (tras la guerra de las Malvinas), así como la crisis latente en Centroamérica (con el peligro de guerra en Nicaragua y la guerrilla en El Salvador), complican la visión idílica que la Administración Reagan tiene de Latinoamérica. La situación de bancarrota en que se encuentra México y otros Estados latinoamericanos es otro factor de gran inquietud para una normalización de las relaciones interamericanas.La asamblea de la OEA - organismo en el que España, que posee categoría de observador, mantiene un embajador- reúne a veintiún cancilleres de los treinta Estados americanos miembros. Cada uno intenta exponer su problema peculiar a una anquilosada asamblea, más destacada por su inoperancia que por su efectividad.
Argentina, después de su fracaso militar, pide una reunión de jefes de Estado americanos, para presionar al Reino Unido en pro de una solución negociada en el conflicto de las islas Malvinas. Nicaragua denuncia un plan norteamericano para invadir el territorio controlado por el régimen sandinista. El Salvador quiere convencer del mayor respeto de los derechos humanos. Venezuela reclama la soberanía sobre parte de Guyana. Brasil explica el avance hacia la democracia que representan las elecciones del pasado día 15 de este mes.
En tal contexto, George Shultz expuso el programa de la Administración Reagan, basado en el plan de desarrollo para el Caribe y Centroamérica, el estímulo de la democracia, de la seguridad colectiva y del desarrollo económico.
Sin citar a Nicaragua, Shultz propuso una "reducción de armas al más bajo nivel, o incluso al nivel cero, entre los países de Centroamérica". Hace unos días, la Prensa norteamericana se hizo eco de los proyectos de EE UU para ocupar Nicaragua, partiendo del supuesto de una guerra entre Nicaragua y Honduras.
Insistió George Shultz que la paz y la seguridad sólo son posibles con un esfuerzo en el terreno de la seguridad, justificando así la presencia de consejeros militares estadounidenses en El Salvador.
En relación con la crisis de las Malvinas, Shultz recordó el reciente apoyo de Estados Unidos, en el marco de las Naciones Unidas, a una solución negociada al litigio argentino-británico en torno a la soberanía de las islas. Ante el riesgo de una proliferación nuclear en Latinoamérica (donde países como Argentina y Brasil podrían contar en breve con capacidad para- producir armamento nuclear), George Shultz recordó el tratado de 1967, suscrito por veintidós Estados para eliminar el riesgo de armas atómicas en el subcontinente.
El secretario de Estado norteamericano se refirió también a los problemas económicos de Latinoamérica, cuya solución "exige planes de estabilización".
Por último, el secretario de Estado norteamericano reafirmó el apoyo de Washington al proceso de recuperación de instituciones democráticas en los países de Suramérica. Saludó la apertura de Brasil, y las tendencias en el mismo sentido que en su opinión se afirman en Argentina y Uruguay, así como la transformación democrática en El Salvador. Señaló que uno de los objetivos del viaje de Reagan a Latinoamérica, del 30 de noviembre al 5 de diciembre, será el de potenciar la idea de que "Ia democracia es posible en todo el continente americano".
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