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ARAGON

Fuertes protestas por el descenso de categoría del aeropuerto de Zaragoza

El aeropuerto de Zaragoza ha sido clasificado en la última categoría de las cuatro en las que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha dividido el servicio aéreo español. La medida, adoptada por decreto, y que acaba de ser dada a conocer por la Subsecretaría de Aviación Civil, ha provocado una fuerte y unánime protesta en Aragón. La calificación que se da al aeropuerto de la quinta ciudad española en población es, además, la de "base aérea abierta al tráfico civil", y eso se interpreta como una anticipación de la estrategia de incorporación a la OTAN, en la que se teme que Zaragoza figurará como uno de los puntos fundamentales.

Como paso previo a esta reducción de categoría, el pasado 1 de noviembre el servicio del aeropuerto de Zaragoza, que desde el comienzo realizaba la compañía Iberia, fue sustituido por Aviaco. Las protestas de varias entidades no impidieron que el cambio fuese llevado a cabo.La reacción actual une ambos hechos. Así, la Diputación General de Aragón dirigió ayer al Ministerio de Transportes una enérgica protesta, por estar poniendo en práctica una política muy diferente a la que el organismo autonómico propugna y sin haber mediado consulta alguna con sus responsables. Respecto a la sustitución de Iberia por Aviaco, dice que está acarreando problemas concretos en el transporte internacional de mercancías y, en el de viajeros, que existe inadecuación entre la oferta y la demanda por las características y ocupación de las flotas de ambas compañías.

El Ayuntamiento de Zaragoza, que se anticipó en sus protestas ya en el mes de octubre, estima en moción de la alcaldía que el cambio ha supuesto, además de pasar a un servicio de menor categoría, "la supresión de los equipos de mantenimiento en tierra dentro del aeropuerto", y afirma que esto "pone en entredicho las garantías de seguridad". Iberia, en efecto, desmanteló su taller de servicio técnico, aunque la nueva concesionaria declaró que esto no suponía ninguna merma en la seguridad de sus vuelos porque su personal realiza trabajos polivalentes.

De mayor gravedad considera el Ayuntamiento la medida adoptada ahora, de la que dice "viene a degradar el aeropuerto de Zaragoza a la categoría más baja que existe en la escala de aeropuertos". La Corporación municipal califica el hecho de "agravio comparativo" y concluye: "Es impensable que una ciudad como Zaragoza, con más de medio millón de habitantes, con centros industriales de la magnitud de la General Motors y otros polígonos en plena expansión, con un movimiento ejecutivo de gran importancia, vea reducidos sus servicios de transporte aéreo a lo que fija el decreto".

La Confederación de Empresarios de Zaragoza también se muestra disconforme y dice: "Es un retroceso que un aeropuerto civil se convierta en una base militar", y para la Cámara de Comercio esto representa "una burla a las entidades zaragozanas que han venido trabajando por potenciar un aeropuerto civil".

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