Procesados en Bayona los tres 'etarras' detenidos en el sur de Francia

El tribunal de Bayona procesó ayer a tres de los cuatro presuntos etarras detenidos el pasado sábado en San Juan de Luz (País Vasco francés). Antxola Larrañaga, Carlos Ibarguren y Sabin Zabieta son los encarcelados. Los dos primeros, según fuentes policiales, jugarían un papel importante en ETA Militar. Parece ser que el primero era quien canalizaba la información para trasmitirla a los comandos de operaciones. Ibarguren sería el encargado de las finanzas y del cobro del impuesto revolucionario. Ambos fueron inculpados por "asociación de malhechores" y por "extorsión de fondos".

En base a la legislación penal francesa, las inculpaciones de Larrañaga e Ibarguren son graves, y pudieran ser condenados a una pena que oscilaría entre cinco y diez años de cárcel. Es la primera vez que, por motivos penalmente serios, son detenidos presuntos dirigentes de ETA Militar.Ayer la Prensa francesa se extendía más o menos ampliamente sobre estas detenciones. En casi todos los casos se subraya que han sido efectuadas pocos días después de la victoria de los socialistas españoles en los últimos comicios generales. Algunos comentaristas no dudan al afirmar que "una etapa nueva ha empezado en materia de colaboración franco-española contra el terrorismo vasco", máxime teniendo en cuenta, también, que la redada del sábado se produjo 48 horas después del asesinato en Madrid del general Lago Román.

Estas especulaciones de la opinión parisiense convendría cogerlas con pinzas. El supuesto líder de ETA Político-militar Jesús Abrisketa, después de haber sido detenido días pasados, fue liberado. Los responsables judiciales galos estimaron que ningún motivo permitía mantenerlo en la cárcel.

Tanto en la época del poder giscardiano como en la socialista actual, se han producido situaciones semejantes a la presente. En cada ocasión, la Prensa francesa, como la española, quieren ver el "signo" de una nueva colaboración antiterrorista hispano francesa.

La doctrina francesa sobre este tema hasta el día de la fecha es la misma de siempre: la colaboración policial entre los dos países existe, más estrecha desde que los socialistas están en el poder en París, pero esa colaboración está enmarcada en lo que los franceses entienden que les dicta, por un lado, su práctica de los derechos humanos, y por el otro, sus intereses.

Los intereses franceses, en pocas palabras, nos los resumía días pasados un destacado vasco-francés nacionalista: "En París se sabe muy bien que el día que la policía arremeta contra los refugiados vascos del sur, ese día estos últimos arremeterán a su vez contra sus intereses en España, y en Francia si es necesario".