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El Banco de España toma el control directo de Banca Catalana

El consejo ejecutivo del Banco de España, reunido ayer poco después de que lo hiciera el máximo organismo del Fondo de Garantía de Depósitos en Instituciones Bancarias, decidió nombrar nuevos administradores del grupo de Banca Catalana como consecuencia de la renuncia al cargo de los anteriores miembros del consejo de administración. Esto significa de hecho la toma del control directo del grupo Catalana por parte del Banco de España.

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En una dura nota oficial del banco emisor sobre la situacion actual del grupo bancario se señala que los nuevos administradores -Juan Antonio Ruiz de Alda, Juan Antonio Robles y Emilio Palacios, todos ellos funcionarios del Fondo de Garantía de Depósitos- emprenderán inmediatamente el saneamiento de los bancos del grupo, cuyas pérdidas se cifran en más de 130.000 millones de pesetas.La nota oficial difundida por el Banco de Espafía señala que los nuevos administradores pasan a desempeñar las funciones del anterior consejo de administración, nombrado provisionalmente por el propio banco emisor en el pasado mes de septiembre. El Banco de espafía señala posteriormente que .como consecuencia de la última inspección ordinaria realizada sobre Banca Catalana y el Banco Industrial de Cataluña se puso de relieve la existencia de una situación patrimonial y de rentabilidad que los principales responsables de este grupo bancario se negaron reiteradamente a reconocer", no facilitando el acceso a los datos sobre la situacion de las sociedades vinculadas.

Ante esta situación, continúa la nota, en el mes de mayo los responsables de Banca Catalana solicitaron autorización para repartir un dividendo a sus accionistas, petición que les fue denegada. El Banco de España, con la anuencia del Ministerio de Economía y la Generalitat de Cataluña aceptó, en aquel momento, un primer plan propuesto por los dirigentes del grupo de Banca Catalana que consistía en la renovación del consejo de administración, incorporando al mismo a personalidades del ámbito catalán y desapareciendo de él aquellos que mayor poder habían tenido hasta entonces; una emisión de bonos convertibles en acciones, por valor de 5.700 millones de pesetas, suscrita por empresas e instituciones de ahorro catalanas, la remodelación del grupo bancario y una auditoría que expresara la verdadera situación patrimonial, componían las grandes líneas del plan propuesto.

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El Banco de España nombra administradores en Banca Catalana y prepara su entrada en el Fondo de Garantía

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El pasado 11 de septiembre, Eusebi Díaz-Morera, reciente presidente de Banca Catalana, informó al Banco de España que, según la auditoría, existían unos activos ficticios por valor de 110.000 millones de pesetas y otros activos improductivos que superaban los 28.000 millones de pesetas. En estas cifras estaban incluidos 15.000 millones de pesetas de pérdidas originadas por el pago de tipos de interés no reglamentarios. Según la nota del Banco de España fue la difusión de esta información lo que dió lugar a un mayor deterioro del grupo y al definitivo abandono del plan elaborado en el mes de julio, cuando en realidad esta información fue difundida en los diarios a partir del 22 de octubre, fecha en que la erosión de depósitos ya era importante.

Las ayudas dadas por el banco emisor a Banca Catalana para que pudiera seguir haciendo frente al descenso de depósitos que se producía y el no ver salida de ningún tipo provocó, según la nota del Banco de España, que se decidiera la suspensión temporal de los consejeros responsables de la situación anterior y nombrar "administradores provisionales", con respaldo total del Banco de España, a los nue vos consejeros. En sustitución del plan de sa neamiento de julio, el presidente de Banca Catalana propuso a principios de septiembre un programa de actuación que "suponía un apoyo financiero del Banco de España, a largo plazo y sin interés, por un importe de 130.000 millones de pesetas". La magnitud de las ayudas solicita das, que escapan a cualquiera -la crisis de Catalana es la mayor de Europa, según ha manifestado un importante banquero de los siete grandes- obligó a que el Banco de España solicitara contar con las conclusiones de la auditoría externa del grupo y, en cualquier caso, "aplicar la normativa vigente, que atribuye al Fondo de Garantía el saneamiento de bancos en dificultades". Esto último quedaba "expresamente excluido" del plan propuesto por Banca Catalana.

Ante la "ausencia de nuevas propuestas viables", el Banco de España conminó a los nuevos administradores para que en un mes recompusieran el capital social y, ante el anuncio hecho público ayer de la dimisión de los consejeros y administradores, decidió proceder a nombrar a otros nuevos, todos ellos funcionarios del Fondo de Garantía. La nota oficial difundida señala que esta decisión abre la vía de solución definitiva que asegura la continuidad del grupo bancario de Catalana y de sus depositantes.

El Banco de España termina afirmando la total seguridad de los fondos depositados en los bancos del grupo, reitera que "siempre que sea compatible con la legislación" se agotarán las fórmulas que permitan mantener la catalanidad de la entidad y espera que las instituciones, empresas catalanas y depositantes colaboren en cuantas medidas contribuyan a reforzar este grupo bancario.

No a la 'operación salvamento'

La dimisión de los administradores de Banca Catalana, que tuvo efecto el martes por la noche, ha acelerado la búsqueda de una solución urgente para el grupo bancario que, con mucha probabilidad, consistirá en el traspaso del grueso del grupo al Fondo de Garantía de Depósitos. En la reunión que su comité ejecutivo celebró anoche sólo se contempló como viable esta salida, por lo que se prevé que en el curso de pocos días se convoque junta general para el traspaso de la entidad al Fondo, lo que requiere cubrir el plazo de quince días.

De las alternativas existentes hasta el momento -entrada en el Fondo, absorción por uno de los grandes bancos y operación salvamento a cargo de los ocho grandes, en pool- ha quedado prácticamente descartada esta última, una vez que la posibilidad de apelación a los accionistas de Catalana y a los restantes medios económicos de Cataluña se revela como más problemática a medida que pasan los días y aumenta la erosión de los depósitos.

La formación de un pool bancario que se hiciese cargo de Catalana, que fue estudiada como hipótesis de trabajo el pasado 21 de octubre por los presidentes de los siete bancos privados y el del Exterior, no cuenta con el beneplácito de varios de ellos, como portavoces oficiales de los mismos han manifestado.

La segunda alternativa, consistente en que uno solo de los grandes bancos se hiciese cargo directamente del grupo, se revelaba también como dificultosa. Diversas fuentes apuntaban al Banco Central como principal interesado en ello, basándose en el hecho real de que esta entidad forma parte de los partidarios de que Catalana no pase al Fondo de Garantía de Depósitos sin más.

La tercera alternativa para el futuro es el puro y simple traspaso del grueso del grupo al Fondo de Garantía de Depósitos. Es la que cuenta con mayores probabilidades. El estudio de la exacta situación del grupo, una vez la autoridad monetaria dispone ya de la auditoría realizada por la firma independiente Price Waterhouse, empezó ayer por el Fondo de Garantía de Depósitos y proseguirá aceleradamente en los próximos días.

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