Renuncia "voluntaria" de la República Árabe Saharaui Democrática a participar en la 'cumbre' africana

La República Arabe Saharaui Democrática (RASD) no participará "voluntaria y temporalmente" en la próxima cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA), prevista de nuevo en Trípoli a finales de noviembre. Esta decisión sorprendente del Polisario, anunciada ayer en un comunicado distribuido en Argel, hace posible que la reunión de jefes de Estado y Gobierno africanos pueda celebrarse con la participación del quórum de 34 países, que dejó de alcanzarse en la reunión celebrada el pasado mes de agosto en la capital libia.

El comunicado de los saharauis afirma que la abstención de la RASD responde a la voluntad de "deshacer las maniobras" de Marruecos y Estados Unidos contra la OUA, a pesar de lo cual la República fundada por el Polisario en 1976 se sigue considerando miembro de pleno derecho de la organización africana.

Importantes presiones

El espectacular vuelco dado por el Polisario al renunciar a su participación en la cumbre revela la importancia de las presiones sufridas por éste desde que abortara la conferencia africana de Trípoli. A raíz de este fracaso fue creado un comité de mediación integrado por los jefes de Estado de Libia, Zambia, Tanzania, Malí y Congo, con el encargo de negociar la reunión de una cumbre en la capital libia.El elemento que parece haber jugado un mayor peso en la decisión de los saharauis concierne a las conversaciones secretas mantenidas en Argel por dos emisarios del rey Hassan II, el consejero Ben Souda y el ministro de Relaciones Exteriores, M'Hamed Bucetta, quienes exigieron que la RASD no estuviera presente en Trípoli ni fuera alzada su bandera en los mástiles del palacio de congresos para poder participar en la cumbre.

En la capital argelina la decisión del Polisario ha sido presentada como prueba de sabiduría de los saharauis, que la han adoptado con plena, responsabilidad pocos días después de haber concluido los trabajos de su quinto Congreso, con la victoria del ala militar sobre los políticos moderados.

En Trípoli, durante las reuniones preliminares a la fallida cumbre, el Polisario se había visto obligado a aceptar un compromiso elaborado por Nigeria, según el cual renunciaba a participar en la reunión de presidentes, pero permanecía sentado en la de ministros de Relaciones Exteriores.

La decisión saharaui de no participar en los trabajos de la próxima cumbre representa una concesión suplementaria a las efectuadas en la capital libia. El comité de mediación de la OUA, Argelia y Libia han reiterado en múltiples ocasiones que debía preservarse la legalidad de la OUA y hacerse todos los esfuerzos para mantener la cohesión de esa organización, en contra de la voluntad de una parte de los radicales africanos, que deseaban consumar el estallido de la OUA y constituir una nueva organización integrada únicamente por los progresistas.

En medio de la complicada trama que gira en torno al futuro de la organización africana, el Polisario ha constituido el eslabón más débil, incluso a pesar de que la RASD ha sido reconocida diplomáticamente por una mayoría de países africanos.

Autodeterminación

Su salida por el foro, aunque no resuelve el problema del Sahara occidental, da a suponer que han mejorado considerablemente los contactos que mantienen Argelia y Libia con Marruecos. Este último país obtiene una considerable victoria diplomática y moral y puede ser elevado su crédito si, como se supone en Argel, decide estar presente en Trípoli durante la próxima cumbre de la OUA para anunciar las fechas del referéndum de autodeterminación de los habitantes de la ex colonia española.Al concluir, días pasados, su quinto Congreso, el Polisario adoptó una declaración política en la que condena la intervención militar directa de Estados Unidos en el conflicto del Sahara occidental y subraya que la negociación directa con Rabat es la mejor vía para llegar a una solución justa, pacífica y definitiva de la guerra, sobre la base del derecho inalienable de los saharauis a su independencia y soberanía.