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Los tres partidos que integran la coalición gobernante en Portugal evitan la ruptura

Los líderes de los tres partidos que componen la coalición gubernamental portuguesa llegaron en la madrugada del jueves a un compromiso para reforzar la cohesión de Alianza Democrática y garantizar la estabilidad del Gobierno. Aunque la ruptura ha sido evitada una vez más, la crisis dista mucho de quedar resuelta.

En principio, ha quedado superado el problema un tanto agudo suscitado por el boicoteo de los democristianos al candidato socialdemócrata a la Presidencia del Congreso para la legislatura que acaba de iniciarse.Pero las condiciones impuestas por el Centro Democrático y Social (CDS) y, sobre todo, el curso agitado de la reunión interpartidaria -que duró seis horas- confirman el deterioro de las relaciones entre los dos principales grupos de Alianza Democrática.

Otro síntoma del creciente desacuerdo entre los socialdemócratas del PSD y democristianos es la ruptura de los acuerdos preelectorales ante las elecciones que el próximo 12 de diciembre se celebrarán en cuatro nuevas circunscrippiones, entre ellas la de Cascais, próxima a Lisboa, donde reside el primer ministro.

En varios periódicos, el titular socialdemócrata de Asuntos Parlamentarios, Marcelo Rebelo de Sousa, ha venido expresando públicamente, a lo largo de los últimos días, su convicción de que el Gobierno al que pertenece está agotando sus últimas oportunidades de supervivencia.

Criticando, a veces con gran severidad, el comportamiento del Ejecutivo, de los partidos que lo apoyan y la falta de voluntad política de Alianza Democrática, De Sousa otorga a la coalición, como último plazo para "dernostrar lo que vale", los dos meses que quedan hasta las elecciones municipales de diciembre.

Por un lado, De Sousa está convencido de que hasta entonces el presidente Ramalho Eanes no tomará la iniciativa de cesar al Gobierno Balsemáo, y por otro desafia al jefe del Estado a "desprenderse de Balsemao si no tiene confianza política en él". Y como se declara, asimismo, convencido de que una alianza entre socialistas y socialdemócratas es imposible, la única explicación que queda para justificar tan insolidario comportamiento del jóven ministro es que Marcelo Rebelo de Sousa está dispuesto a disputar a Balsernáo el liderazgo de un PSDy de una Alianza Democrática totalmente reformada.

El Banco de Portugal, al ublicar ayer sus cuentas provisionales para el primer semestre de 1982, acaba de asestar un nuevo y duro golpe al Gobierno Balsemáo y a los responsables de la política económica del Gobierno: el déficit de las transacciones corrientes es aún más elevado de lo que se sospechaba: 2.235 millones de dólares, frente a 1.772 millones en los seis primeros meses de 1981. Y esto cuando el ministro socialdemócrata de Hacienda habia garantizado, para todo el año 1982, un déficit no superior a los 1.700 millones de dólares. Ahora es previsible un déficit global de 3.000 millones.

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