Oposición sindical al plan de austeridad del Gabinete socialista galo
El 60% de los servicios de transporte público de París quedó ayer paralizado debido a la huelga convocada por FO (Fuerza Obrera) y la central de tendencia cristiana CFTC, como protesta a la "insuficiente" subida salarial -8%- acordada por el Gobierno socialista francés. Los conductores de autobuses afiliados a la Confederación General de Trabajadores se sumaron también a la huelga y el paro afectó a todos los medios de transporte público.El rigor, la austeridad, en vísperas del falso final del período de bloqueo de precios y, salarios, se han convertido en la. doctrina del socialismo a la francesa. Varios sindicatos convocan huelgas contra el recorte del poder adquisitivo, pero los sondeos sobre la nueva política de restricciones indicarían que la opinión de este país empieza a resignarse a la etapa de las vacas flacas.
El próximo día 31 del presente mes de octubre se cierra el plan de austeridad, fundado esencialmente en el bloqueo de precios y salarios, impuesto por el Gobierno el verano pasado. En la práctica, la libertad seguirá en el congelador. Las autoridades se han fijado como objetivos prioritarios de su plan de rigor rebajar al 8% la tasa de inflación para finales de 1983 y reducir igualmente, para la misma fecha, el déficit del comercio exterior, que ascenderá a unos 100.000 millones de francos al término de este año.
Esos dos desequilibrios son los que, en definitiva, hacen vulnerable la divisa francesa, que no dejará de ser atacada mientras el comercio exterior continúe arrojando un déficit tan abultado. A su vez, este último no podrá disminuir si una alta tasa de inflación (el doble y el triple de la de los grandes países que comercian con Francia) hace incompetitivos sus productos.
El Gobierno se manifiesta intratable para mantener su política. Los llamados ministros realistas, al cabo del primer año de gestión socialista, caracterizada por una política social que le volvía la espalda a la economía, han impuesto sus criterios.
Los sindicatos de funcionarios y de los servicios públicos, a lo largo de esta semana, convocarán huelgas contra la política oficial. Los dos sindicatos más representativos, la CFDT, de tendencia autogestinaria, y la CGT, comunista, defienden actitudes contrarias. El primero entiende que el rigor es de actualidad y que el poder adquisitivo no es prioritario. El segundo rechaza categóricamente la disminución de los ingresos de los asalariados.
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