Espectacular triunfo para el ala política del IRA provisional en las elecciones del Uster

Con cinco escaños al menos en poder del Sinn Fein, brazo político del IRA provisional (Ejército Republicano Irlandés), las elecciones para una Asamblea local en Irlanda del Norte han supuesto un revés para el Gobierno británico. Así lo reconoció ayer el propio James Prior, ministro para Irlanda del Norte. "Es la guerra", comentaron los unionistas oficiales, considerando que este había sido un voto católico a favor de las bombas.

Fue Danny Morrison, el quinto candidato electo del Sinn Fein, el que resumió la estrategia, al señalar que los provisionales tomarían el poder en el Ulster "con el rifle en una mano y la papeleta de voto en la otra". En contra de todas las previsiones -incluso de las suyas, pues no esperaban ganar más de cuatro de los doce escaños a los que se presentaban-, el triunfo de los provisionales ha sido espectacular. El recuento final, complicado por el sistema proporcional vigente del voto único transferible, no había aún concluido a última hora de ayer, faltando por decidirse ocho de los 78 escaños.Apostando por un triunfo similar al que llevó en la elección de 1981 al Parlamento británico al huelguista de hambre Bobby Sands, el Sinn Fein se ha beneficiado de la baja abstención en las zonas católicas más republicanas. El IRA quedará ahora política y militarmente reforzado, contrariamente a lo que habían venido asegurando la policía y el Gobierno sobre su apoyo popular.

Sólo el futuro podrá asegurar si éste es un voto a favor de la lucha armada o un voto de protesta. Las elecciones habían adquirido un carácter testimonial, ante el claro fracaso de antemano de los planes británicos. Ningún partido político norirlandés de importancia aceptaba las propuestas de Prior para una Asamblea que fuera recuperando poderes autonómicos para la región, siempre y cuando católicos y protestantes se pusieran de acuerdo en compartir el poder. Los católicos querían boicotear la Asamblea. Los protestantes quieren gobernar solos.

El impacto del Sinn Fein ha debilitado a los católicos moderados del SDLP (Partido Socialdemocrático y Laborista), que llevó a cabo una apática campaña electoral y sólo logró, según los últimos resultados, doce escaños. El SDLP no había conseguido nada positivo para sus seguidores en los últimos años, y este hecho puede haber influido en el voto católico. "Ya avisamos a Prior de que ocurriría esto", comentó ayer el líder del SDLP, John Hume. Una parte importante de la población católica ha endurecido su actitud, otorgando un crédito a los nacionalistas más fervientes.

En Dublín, el primer ministro irlandés, Charles Haughey, comentó que el Gobierno Thatcher había producido "un lío político total" en Irlanda del Norte. El conservador Haughey no es hombre que vea con buenos ojos un triunfo del Sinn Fein.

James Prior declaró que "en Irlanda del Norte todo es un revés, a no ser que se esperen milagros. Es difícil pedir a la gente que trabaje junta después de haberse enfrentado durante trescientos años". El ministro británico aseguró que seguiría adelante con sus planes destinados a lograr una autonomía para el Ulster tras una década -salvo interludios saldados en fracaso- de Gobierno directo con Londres. Prior convocará próximamente la Asamblea.

Entre las filas protestantes, a última hora de ayer, los unionistas oficiales de James Molyneaux se habían adjudicado veinticuatro escaños, convirtiéndose así en la formación política lealista de más peso. Tras ellos se situaban, con diecinueve escaños, el reverendo Ian Paisley y su Partido Unionista Democrático. Esta fue quizá la única buena noticia para el Gobierno británico. Paisley, más radical que sus adversarios del partido oficial, no ha logrado convertirse en el líder indiscutido de los protestantes.