John de Lorean, famoso fabricante de automóviles, detenido por tráfico de cocaína
Para John Z. de Lorean, famoso aventurero de la industria del automóvil deportivo, la jornada de ayer pasará a su historia personal como la peor de su vida. Su flamante fábrica de coches en Irlanda del Norte fue cerrada por orden del Gobierno británico, que ha invertido sin éxito más de 15.000 millones de pesetas en el proyecto. Unas horas después, el propio De Lorean era arrestado en Los Angeles cuando agentes secretos de la policía federal norteamericana (FBI) encontraban en su poder treinta kilos de cocaína.
Lo más curioso del caso es que la nueva actividad industrial del financiero norteamericano -el tráfico de drogas- parece ser un es fuerzo desesperado por salvar su fábrica, instalada en Irlanda del Norte, con apoyo inicial del Gobierno de Londres, en un intento de crear puestos de trabajo en una zona deprimida de la Corona británica. De Lorean, 57 años, había tratado de instalar su fábrica de prototipos en el sur de España pero desistió de su intento cuando no recibió el apoyo oficial que necesitaba.La policía federal norteamericana anunció ayer la detención de De Lorean en un hotel próximo al aeropuerto internacional de Los Angeles. Según la versión del FBI De Lorean se encontraba en compañía de otras dos personas, con las que trataba de establecer un acuerdo para la venta de más de cien kilogramos de cocaína, con un valor superior a los 2.500 millones de pesetas. En posesión del financiero se encontraron, sin embargo, sólo "varios kilos" de la droga, aunque la cantidad que había prometido entregar a sus socios ascendía a unos treinta kilogramos.
Con la detención del famoso fabricante de automóviles se trunca una de las aventuras industriales más sorprendentes de los últimos arios. Procedente de una de las grandes compañías del sector, De Lorean había conseguido convencer al Gobierno británico de la rentabilidad de un negocio basado en la venta de un automóvil deportivo con precios superiores a los 25.000 dólares por unidad (unos dos millones y medio de pesetas). El modelo fabricado llevaba un chasis de acero inoxidab!e y la pretensión de su abricante era venderlo a gran escala escala para un público que no se sentía satisfecho con los modelos de las grandes compañías. La planta de automóviles De Lorean fue abierta en el norte de Irlanda hace más de un año, tras casi diez años de proyectos e inversiones, y tenía por objeto crear más de 2.600 puestos de trabajo en una zona con un índice de desempleo superior al 20%. Al final del año de producción, la fábrica apenas empleaba a setenta personas y había incurrido en unas pérdidas astronómicas. Se calcula que sólo el Gobierno británico metió más de 15.000 millones de pesetas en la aventura, desinteresándose por ella cuando el Gobierno conservador de la señora Thatcher asumió el poder.
Un portavoz del FBI manifestó que John de Lorean se había metido en el mundo de la droga con el objetivo aparente de obtener fondos con los que salvar su empresa. "Su papel en la transacción era, aparentemente, de financiero, y esperaba obtener los suficientes fondos como para mantener abierta la empresa", declaró el mismo portavoz.
,Los esfuerzos del famoso fabricante, además de peligrosos, resultaron ser inútiles. Horas antes de su detención en las proximidades de Los Angeles, el Gobierno británico anunciaba su decisión de cerrar la planta. "El proyecto es inviable", declaró James Prior, secretario para Irlanda del Norte del Gabinete británico.
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