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El prosoviético Cossutta amenaza con enfrentarse a Enrico Berlinguer en el seno del PC italiano

Juan Arias

"No se puede cerrar la boca a quien no está de acuerdo con el Comité Central... El próximo congreso nacional (previsto para febrero, si no hay elecciones anticipadas) no será precisamente un camino de rosas." Así lo ha declarado el miembro de la dirección del Partido Comunista italiano (PCI), considerado como líder del sector prosoviético, Arman do Cossutta, en una entrevista concedida ayer al diario Repubblica después de muchos meses de silencio.

Con esta declaración, Cossutta que ha tenido siempre un gran prestigio dentro del partido y que es el responsable de la política relativa a los entes locales, se ha convertido en el opositor público y oficializado del importante PCI, el más numeroso de Europa occidental.Durante la última reunión del Comité Central, que fue convocada para preparar el próximo congreso nacional, Cossutta fue el auténtico protagonista, ya que, por primera vez, salió a la luz pública presentando batalla al secretario general del PCI, Enrico Berlinguer. Anunció que en el congreso próximo iba a tratar de canalizar el descontento existente en el PCI, contra la actual dirección del partido.

Cossutta está considerado como filosoviético. Es él quien ha acusado a sus dirigentes de haber roto con la Unión Soviética por los sucesos de Polonia y no está de acuerdo con la excomunión lanza da por la dirección del PCI contra el socialismo real de los países del Este.

Tiene 56 años, es un organizador, un hombre que no pierde los nervios. Lleva cuarenta años de militancia comunista. Está a punto de salir un libro suyo titulado La ruptura USA - URSS y los movimientos obreros frente a la crisis internacional. Oficialmente no quiere ser considerado como una alternativa a Berlinguer, que le ha colocado en el grupo de los cuarenta que deberá preparar el documento base de discusiones del congreso. Cossutta no acepta la etiqueta de maximalista u obrerista, pero critica a muchos que en su partido "se han ido hacia la derecha". Tampoco se considera un aliado de la URSS, pero acusa al partido de antisoviético.

Armando Cossutta manifiesta la preocupación de que "los malhumores, las insatisfacciones y las incertidumbres" que existen en la base del partido puedan no llegar a oírse en el congreso. A la acusación de que quizá esté deseando para Italia un partido como el de Georges Marchais en Francia, Cossutta responde que no es verdad: "Deseo un partido a la italiana, fiel a sus tradiciones, que no pierda su propia identidad y que no se confunda con los socialdemócratas".

Cossutta critica la posición de la cúspide de su partido respecto a la situación en Polonia. "No sé si será con Solidaridad con lo que se pueda resolver la crisis de Polonia", mantiene. "Creo que se ha creado una situación tal que será necesario abrir con coraje caminos nuevos".

A los seguidores de Cossutta se les llama ya los cosutianos. Serán los protagonistas del próximo congreso, y sobre ellos pesa la amenaza de ser finalmente expulsados del partido.

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