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Entrevista:

Desde una pequeña casa de La Haya se coordinan los movimientos pacifistas europeos

Soledad Gallego-Díaz

ENVIADA ESPECIALEl Consejo Holandés Interiglesias para la Paz -el ogro con el que tienen pesadlillas los militares de la Alianza Atlántica- es un organismo que depende oficialmente de nueve iglesias, entre ellas la Iglesia católica, apostólica y romana. Los veinticinco miembros de su comité directivo son elegidos, proporcionalmente, por los obispos de las nueve confesiones, y su pequeño secretariado recibe un sueldo gracias a los fondos de dichas iglesias. Su lema: Acabemos con las armas nucleares. Empecemos por Holanda". Su fuerza es tan grande en los Países Bajos que mucho dudan que ningún Gobierno, incluso la coalición de centro-derecha que formará Gabinete próximamente, se atreva a aceptar los 48 misiles Cruise que la Alianza Atlántica quiere instalar en Holanda.

Su secretario general, Mient Jan Faber, un matemático de 41 años reconoce que el Consejo (IKV, según las siglas holandesas) es un organismo "único en el mundo" "Fue fundado en 1966 y, según sus estatutos, tiene responsabilidad propia, es decir, es autónomo de las iglesias que lo componen y financian, aunque tiene la obligación de mantenerlas informadas sobre sus actividades. Los miembros de su comité directivo son nombrados por los obispos, pero casi siempre lo hacen entre los nombres que les propone el propio IKV. Eso nos permite contar con un Consejo homogéneo, en el que figuran especialistas y expertos".

Desde su fundación y hasta 1977, el Consejo Interiglesias para la Paz fue fundamentalmente un organismo teórico. Pero en el invierno de 1976-1977 todo cambió, y el debate antinuclear y pacifista, reservado hasta entonces a pequeños grupos de intelectuales y expertos, saltó a la calle o clubes locales de todo el país y adquirió suficiente popularidad como para organizar una manifestación monstruo en Amsterdam, en 1981, y participar en la convocatoria de manifestaciones similares en prácticamente: todos los rincones de Europa occidental.

Un general al frente

"El cambio se debió a la iniciativa del antiguo secretario general del IKV, el general Von Meynfeldt, que comprendió el conflicto que se producía entre la práctica y el deseo y la necesidad de dar un alcance popular al movimiento", afirma Jan Faber.Pregunta. Perdone, ¿ha dicho usted un militar, un general, al frente del movimiento pacifista?

Resputa. Sí, ¿por qué no?

P. Sería un militar retirado...

R. No, en absoluto; estaba en activo. En concreto, era el director de la escuela militar, la academia donde se forman los oficiales del Ejército holandés.

P. ¿Fue despedido?

R. No, siguió siendo director hasta que se jubiló, algunos años después. Pero no se extrañe tanto. En el Consejo actual hay dos vocales militares -un general y un comandante en activo- y nunca han tenido problemas en el Ejército.

P. Algunos medios de comunicación acusan al IKV de coordinar los movimientos para la paz en toda Europa.

R. No es ninguna acusación. Es verdad. Estamos en contacto con movimientos pacifistas en Europa occidental y oriental y en Estados Unidos. Hoy mismo voy a Londres a mantener contactos con los sindicatos británicos. Nosotros no proporcionamos apoyo financiero a esos movimientos, pero tenemos una oficina internacional que intenta coordinarlos. Hace quince días hemos celebrado una reunión internacional en París. Asistió un representante español del movimiento anti-OTAN.

P. En algún momento se ha acusado también al IKV de recibir dinero de países comunistas, en concreto de la Unión Soviética.

R. Nuestros medios de financiación son públicos y conocidos. Hace algunos años se intentó decir que recibíamos dinero de 'Moscú, e incluso hubo un debate en el Parlamento holandés. El entonces ministro del Interior explicó claramente que no existía dicha financiación e, incluso, defendió el movimiento, afirmando que era una prueba de la salud democrática de este país. A partir de entonces, la campaña contra nosotros decayó. Cuando se dijo que el secretario general de la OTAN, Joseph Luns, había acusado a nuestro movimiento de recibir ayuda comunista, mantuve una entrevista con él y le pedí pruebas de esas afirmaciones. Se quedó completamente callado, muy incómodo. Sé que en muchas reuniones del Consejo Atlántico se ha hablado sobre los movimientos pacifistas y que están preocupados, pero no creo que sus argumentos tengan fuerza.

En Europa del Este

P. Usted ha hablado de contactos con movimientos pacifistas en Europa oriental. ¿Existen movimientos no oficiales?R. A los Gobiernos de los países del Este les gusta nuestro movimiento pacifista, pero cambian de cara cuando un movimiento similar aparece en sus propios países. Pretenden que el movimiento antinuclear o pacifista sea oficial, controlado por ellos, pero hay personas que quieren hacerlo de forma independiente. Este es el principal problema con los países del Este. Nosotros tenemos contactos con los movimientos de la Carta 77 de Checoslovaquia, con Solidaridad, en Polonia, y, sobre todo, con la República Democrática de Alemania. Nuestros clubes locales tienen relaciones con unos ochenta clubes independientes que existen en la RDA. Precisamente este año, del 7 al 17 de noviembre, se va a celebrar en Alemania Oriental, por primera vez en la historia, una Semana para la Paz, parecida a la que celebramos nosotros desde hace mucho tiempo. Creo que va a haber muchos problemas. Ellos han elegido como símbolo una figura soviética que simboliza las propuestas de la URSS en las Naciones Unidas, pero aun así muchos estudiantes han sido detenidos durante algunas horas por llevar esa chapa en la solapa. Las autoridades de la RDA. no quieren un movimiento organizado independiente. La Semana para la Paz va a ser un momento crítico. Nosotros creemos que los países del Este no están interesados en una carrera de armamentos, porque su tecnología es inferior a la occidental, pero rechazan la existencia de grupos independiente organizados. Si los países del Este atacan sus propios movimientos pacifistas, la OTAN tendrá buenos argumentos contra nosotros. Esperamos que lo entiendan.

P. Una de sus principales actividades en los Países Bajos es la campaña contra la instalación de los euromisiles. Teóricamente, los primeros Cruise deben ser desplegados en Holanda en 1983. ¿Creen ustedes que su movimiento podrá evitarlo?

Objetivo: evitar los Cruise y Pershing

R. Algunas posiciones se van a radicalizar. La filosofía oficial seguirá siendo, sin embargo, la misma: a largo plazo hay que suprimir el armamento nuclear, pero a corto plazo hay que seguir la política de la Alianza Atlántica, especialmente cuando se han iniciado ya las negociaciones de Ginebra para la reducción de armas nucleares de alcance intermedio. Nosotros pensábamos que la Alianza optaría por desplegar sus euromisiles primero en el Reino Unido y en Sicilia, donde no existe oposición, pero parece que la teoría actual es hacerlo al mismo tiempo en los cinco países que deben acoger los Cruise y Pershing. En el caso de Holanda hay que tener en cuenta que todas las iglesias, las nueve que están en el Consejo y que agrupan al 99% de la población de los Países Bajos, se han pronunciado ya en contra de la instalación de los euromisiles, y que los sindicatos empiezan también a querer jugar su papel en este conflicto. En el propio Partido Democristiano hay un sector opuesto. Si realmente el Gobierno holandés, presionado por la OTYIN, se decidiera a dar la autorización, nos encontraríamos en un momento crítico, pero creo que podemos hacer una gran campaña y que ningún Gobierno podrá dar esa autorización sin perjudicar el sistema democrático de este País.P. El IKV acaba de publicar un folleto explicando las características y medios de transporte de las armas nucleares instaladas en los Países Bajos. ¿Cómo han conseguido ustedes esa información? ¿No temen dar información secreta al Pacto de Varsovia?

R. El IKV publica desde hace varios años folletos similares. En ningún caso se trata de información secreta, sino de la coordinación de una serie de informaciones parciales que son públicas. El Pacto de Varsovia sabe más que nosotros sobre las armas nucleares instaladas en Europa occidental.

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