La detención de Jesús Abrisketa supone la neutralización del hombre clave de ETApm VIII Asamblea

La detención de Jesús Abrisketa (Txutxo), llevada a cabo el lunes último por la policía francesa en San Juan de Luz, supone la neutralización del hombre clave en el esquema organizativo de ETA Políticomilitar VIII Asamblea, que optó por la reanudación de la actividad armada. Abrisketa, a quien la policía española atribuye el control del aparato militar de los octavos, es además su figura indiscutible y su máximo dirigente.Nacido en Miravalles (Vizcaya), hace 33 años, casado y con dos hijos, y de profesión analista químico, Abrisketa fue detenido, junto con Mario Onaindía y Víctor Arana, el 9 de abril d¿ 1969 y procesado en el sumario 31/69 del célebre consejo de guerra de Burgos. Estaba acusado del robo a punta de pistola de doscientos kilos de dinamita y de haber participado en una reunión de liberados de ETA en la que se decidió la colocación de una serie de bombas coincidiendo con el Aberri Eguna de 1969. Condenado a 62 años de prisión, abandonó la cárcel de El Puerto de Santa María (Cádiz) con la amnistía de 1977, y pocos meses después se exilió en Francia, y formó parte de la dirección de ETA Político-militar. Hace un año resultó gravemente herido en el sur de Francia, en un accidente de coche, a consecuencia del cual padece una débil cojera.

El prestigio de su trayectoria anterior, sus dotes organizativas y su capacidad de convicción influyeron en muchos miembros de ETApm a la hora de posicionarse en la VIII Asamblea por la ruptura de la tregua. De hecho, puede considerársele el único histórico que queda en ETApm, ya que el resto formaba parte de la autodisuelta VII Asamblea.

En los debates en que cristalizó la escisión, Jesús Abrisketa jugó un papel fundamental, si bien el peso de la discusión política fue llevado por otros. Defendió la tesis de que la tregua armada había sido un fracaso en todos los terreno! y de que la resolución de los problemas pendientes -la LOAPA, la salida de los presos y la incorporación de Navarra a la comunidad autónoma vasca-exigían la vuelta a las armas.

Los partidarios de la ruptura de la tregua descartaban entonces, por inviable, un. eventual Gobierno socialista, en base a la teoría de que los golpistas y la oligarquía acabarían en todo caso abortando tal posibilidad. Tras la escisión, las diferencias sobre el análisis de la coyuntura política actual y el papel de la lucha armada en el nuevo período, establecidas entre los dos sectores, fueron progresivamente agrandándose, de forma que ETApm VIII Asamblea parece haber entrado ahora en una dinámica de franca radicalización.

El propio Abrisketa, en declaraciones recientes, afirmó que el triunfo del PSOE no traería el establecimiento de una tregua, aunque llevaría a ETApm a replantearse el tipo de acciones. El dirigente de los octavos se mostraba convencido de que un Gobierno socialista sería más duro con las organizaciones armadas, a las que sometería a un cerco político y policial mayor.,

Su detención, que previsiblemente le llevará a ocupar la misma cárcel de Bayona donde está también recluido el máximo dirigente de ETA Militar, Domingo Iturbe Abásolo (Txomin), habrá supuesto un golpe moral para los miembros de la VIII Asamblea, que acaban de anunciar el inicio de una nueva campaña a desarrollar durante el período preelectoral. Los portavoces de ETApm VIII señalaron que no pedirán el voto para Euskadiko Ezkerra, pero tampoco para Herri Batasuna.

También ETA Militar ha señalado que continuará con sus acciones armadas, en un escrito en el que reivindica los recientes atentados contra miembros de la Guardia Civil en Marquina y Santurce (Vizcaya) y el asesinato en Irún de un capitán retirado del mismo cuerpo. Los milis dan cuentan, de su intención de proseguir su cadena, de atentados durante el desarrollo de la campaña electoral, "en la evidencia de que los objetivos políticos por los que hemos dispuesto nuestra voluntad de ofrecer un alto el fuego no se han visto cumplidos".