Los pagarés de empresas, un nuevo mercado
La eficacia de un sistema financiero viene determinada por la capacidad de sus; instituciones para servir de intermediarios entre el ahorro y la inversión, creando, por un lado, las condiciones de remuneración, seguridad y liquidez que fomenten la canalización del ahorro hacia la inversión productiva, y por otro lado, creando los sistemas y mercados adecuados para que la asignación de recursos se haga en base a la operativa del libre merrcado, beneficiando actividades y proyectos rentables y penalizando inversiones que no sean económicamente viables.Ampliar la competencia
¿Qué aporta este nuevo instrumento a la eficacia antes aludida? Desde el punto de vista de la canalización del ahorro, los pagarés de empresas amplían el abanico de posibilidades para el inversor en activos a corto plazo, en competencia con activos de similares características, corno son los pagarés del Tesoro y las letras libradas por bancos y cajas de ahorro. Desde el punto de vista de la asignación de los recursos, este instrumento aporta, junto a características ya conocidas anteriormente, los siguientes aspectos a destacar:
1. La exigencia de coeficientes obligatorios para la banca y cajas de ahorro hace que el Estado asigne recursos con criterios distintos de los del mercado, creando un coste que deberá ser pagado por alguien, por el inversor o por el tomador de fondos. Los pagarés financieros emitidos por empresas acortan las distancias que existen entre los poseedores de recursos y los necesitados de ellos, a fin de aumentar el rendimiento para los primeros y rebajar el coste para los segundos.
2. La emisión de pagarés financieros por las empresas aporta estabilidad en los tipos de interés del mercado. El tomador de fondos siempre podrá optar por emitir pagarés o disponer de sus líneas de crédito bancario, y sus decisiones vendrán determinadas por el coste de cada alternativa. Un coste inferior aumentaría la demanda y ésta hará que el coste tienda al equilibrio si es que el mercado funciona.
3. La diversificación del riesgo es uno de los principales objetivos tanto del tomador como del prestador de fondos. Las emisiones de pagarés lograrán que no se concentren excesivos riesgos ni en el inversor ni en el tomador de fondos.
4. El mercado de pagarés transformará parte de los recursos existentes en el mercado a corto plazo en inversiones a largo plazo, con el apoyo de las líneas de crédito bancario que permitan asegurar la liquidez al inversor y el plazo al emisor.
Para asegurar el cumplimiento de todos los objetivos de eficacia anteriormente citados, este nuevo mercado cuenta con la colaboración de entidades e instituciones de probada experiencia en la canalización de recursos, como son la Bolsa y la banca, y por otro lado, cuenta con emisores de la máxima solvencia y profesionalidad, que garantizarán la fluidez y transparencia en la operativa, así como la credibilidad del emisor en cuanto al cumplimiento de sus obligaciones que estos mercados necesitan para su desarrollo.
Intermediación
El mercado bursátil de letras, con un activo técnicamente similar, ha demostrado que, desde, su inauguración en 1980 hasta el día de hoy, se han logrado los objetivos perseguidos de fluidez, seguridad jurídica y adecuado tamaño del mercado primario y del mercado secundario. Según el Boletín Estadístico del Banco de España, a finales de julio de 1982, el número de efectos negociados ascendía a 68.644, con un nominal de 75.354 millones de pesetas. El mercado de pagarés aprovechará esta experiencia en favor de empresas que tienen la suficiente credibilidad para acudir al mercado en su propio nombre, como lo han venido demostrando en numerosas emisiones de renta fija a plazos mucho más largos.
Los bancos y cajas de ahorro que participen en el mercado cumplirán una misión doble:
1. Garantizar la liquidez al vencimiento de los pagarés emitidos, estableciendo líneas de crédito en las que automáticamente se cargarán los pagarés a su vencimiento, siempre que el emisor no esté en incumplimiento excepcional del contrato. Esta garantía de liquidez permite tener absoluta certeza de que los pagarés sean pagados puntualmente el mismo día de su vencimiento, encargándose la Bolsa de su cobro y compensación a través del banco agente pagador. La línea de crédito que sustenta la emisión estará obligatoriamente sin disponer para poder ofrecer la liquidez necesaria al vencimiento de los pagarés.
2. Actuar de agentes mediadores, asegurando la correcta instrumentación y garantizando el buen fin de la operación. El banco o caja de ahorros actuará de intermediario, distribuyendo y asegurando las emisiones de pagarés.
Este nuevo mercado nace con todas las condiciones necesarias para que se alcance en breve el tamaño adecuado para garantizar una estabilidad tanto en el mercado primario como en el mercado secundario. Dado que en situación de inflación las políticas de inversión tienden a ser conservadoras, lo que primero desaparece es la liquidez, y en consecuencia, las decisiones del inversor vienen muy condicionadas por los plazos cortos. Asimismo, la crisis genera incertidumbre económica y, por tanto, la inversión tiende a concentrarse en renta fija. En este sentido, las operaciones con pacto de recompra permitirán a los inversores la colocación de sus excedentes de tesorería desde plazos muy cortos, inferiores a un mes, hasta los plazos de vencimiento de las operaciones, que, según las circunstancias del mercado, oscilarán desde seis meses a un año, en condiciones de interés muy favorables y con la máxima seguridad.
La creación del mercado de pagarés de empresas es un paso más hacia la clarificación en el sistema financiero, y es de suponer que la existencia de una lonja abierta de contratación asegure la asignación óptima de fondos en el mercado a corto plazo. Ya se sabe que lograr un mercado perfecto es difícil, pero está claro que sólo funciona cuando prevalecen criterios de eficacia económica.
Es de esperar que, a partir de hoy, los pagarés, que eran títulos de valor realmente obsoletos en nuestro tráfico mercantil, sean uno de los vehículos usuales del inversor español, institucional o privado, al cual injustamente se le ha tachado de poco sofisticado, cuando el problema real ha sido la falta de alternativas en el campo de las inversiones financieras.
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