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El 28 de octubre, elecciones legislativas

Pujol acepta por carta el 'cara a cara', con la condicion de que sea televisado a toda España

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, aceptó ayer oficialmente el debate que le propuso el secretario general del PSOE, Felipe González, este último fin de semana, durante el recorrido electoral que efectuó por Gerona y Lérida. Pujol comunicó que aceptaba el reto en una carta dirigida a la sede central de los socialistas españoles, en la que se pone como condición que este cara a cara sea televisado y en el ámbito de toda España. Esta exigencia hace aún más hipotético el debate, ya que por parte del PSOE se acepta el hecho de que se transmita por televisión sólo para Cataluña.

Medios cercanos a la presidencia de la Generalitat indicaron, sin embargo, que si el PSOE mantenía su decisión de limitar este debate, probablemente Pujol terminara aceptando. La condición convergente de retransmitirlo a toda España fue justificada ayer por altos cargos de Convergéncia Democrática de Catalunya (CDC)con estas palabras: "Si no fuera así, nos volverían a acusar entonces de mantener un doble lenguaje, aquí y en Madrid".En el seno de Convergéncia se considera que el presidente debe salir dignamente del reto que le formuló Felipe González, para lo que de ninguna manera puede darse la impresión de que Pujol "se echa para atrás". A juzgar por el desarrollo de los acontecimientos en la reunión de ayer del Consejo de Administración del Ente Público Radiotelevisión Española, donde el director general de RTVE, Eugenio Nasarre, negó haber propuesto ningún tipo de fórmula para arbitrar este debate, lo más probable es que las preocupaciones que,ha desatado el eventual cara a cara Felipe González-Pujol en la plana mayor del grupo nacionalista, sean vanas. Al parecer, el que Pujol protagonizara este debate ha producido división de opiniones entre los principales responsables de CDC. Mientras unas determinadas fuentes del partido minimizan este hecho, señalando que "todos estamos de acuerdo en que debería ser Miquel Roca, nuestro primer candidato, el que se enfrentara a Felipe González, pero comprendemos que el presidente dela Generalitat no puede consentir que le reten sin responder a la misma altura", otras fuentes también convergentes dan mayor dimensión a estas opiniones encontradas. Para los segundos, Roca ha expresado, sin que trascendiera oficialmente, su disgusto por el debate, actitud en la que ha coincidido con otros cargos de Convergéncia. Argumenta este sector en primer lugar, según las fuentes informantes, que la campaña "es para Madrid y está centrada en la figura de Roca"; que el protagonismo que Pujol asume al ser retado corfiplica la campaña convergente en su aspecto propagandístico -toda la publicidad gira en torno al número uno-, y que la Generalitat debe estar por encima de estas cosas.

No es este bloque de argumentaciones el único. Indican también estas fuentes, al aludir a que el presidente Pujol está absolutamente decidido a seguir con el debate, que el presidente no está "ni en su mejor momento, ni en su mejor coyuntura. Felipe González es más hábil que Jordi Pujol y le podría acorralar con el tema de la Banca Catalana". Las fuentes que minimizan la división de opiniones creada a causa del debate afirman que ese no es ningún "aspecto preocupante". "Pujol," añaden, "podría, si Felipe González intentara atacarle por este lado, demostrar con documentos y pruebas que nada tiene que ver con la gestión de Banca Catalana". "No se trata tanto de la gestión, como de que el ánimo de Pujol se ve afectado por las dificultades del grupo bancario", explican los otros informantes, que se muestran más de acuerdo con cualquier intervención del presidente en la campaña, siempre que sea indirecta o plenamente justificada. "Desde principios de julio, las dificultad es de Banca Catalana, que ahora está garantizada por el Banco de España, pero fuera del control de Pujol, le han tocado y, aunque pueda salir bien librado políticamente, ha sufrido un desgaste económico y personal, incluso con complicaciones familiares". El temor de que el líder socialista esgrima las dificultades bancarias al debatir, por ejemplo, el apartado del intervencionismo lo justifican las segundas fuentes informantes remitiéndose al programa de La clave en el que participaron los principales líderes de todos los partidos. En aquella ocasión, el número dos del PSOE, Alfonso Guerra, atacó al representante convergente, Miquel Roca, sacando a colación las dificultades de Banca Catalana. Aquello, que sólo fue un escarceo, ha motivado el temor de algunos dirigentes de CDC de que se convierta en uno de los ejes centrales del debate, y en una plataforma para atacar la filosofía política y que sobre Cataluña tiene el presidente Pujol.

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