Anuncio de disolución de Astilleros del Atlántico, de Santander, Ascon y la naviera Euroflot

Las empresas Astilleros del Atlántico, en Santander, y Astilleros y Construcciones (Ascob), en Vigo, así como la naviera Euroflot, radicada también en la capital de Cantabria y pertenecientes todos ellas al Grupo Euroflot, que preside Roberto J. Slinin, y que emplean a más de 2.000 trabajadores, serán disueltas y sus bienes liquidados, según se informó ayer en la capital de Cantabria.

La decisión fue hecha pública por el presidente del grupo y accionista mayoritario de las tres empresas, quien atacó duramente a la Administración y a los trabajadores, a quienes responsabilizó de la situación creada. En medios sindicales de la región la noticia ha sido recibida con "indignación", al tiempo que la calificaban de "una clara muestra de terrorismo empresarial".Slinin, en una conferencia de Prensa en la que abundaron las calificaciones despectivas para la Administración del Estado y los insultos a los trabajadores que, en días pasados, se manifestaron ante su domicilio tras el cierre de las oficinas de la naviera del grupo, llegó a calificar de "memez" la decisión de las Dirección Provicial de Trabajo de no aceptar el expediente, de suspensión de empleo por seis meses de los dos cientos trabajadores que componen la plantilla de la naviera y que había sido presentado por la dirección de ésta, añadiendo que tal decisión era "injusta y hasta me atrevería a decir que casi bordea el delito de prevaricación".

Campaña de Prensa

La naviera Euroflot, actualmente sujeta a suspensión de pagos, adeuda entre dos y tres meseá de salarios a la mayoría de los trabajadores y tres de sus buques se encuentran embargados por diferentes deudas contraídas -en los puertos de Felixtowe (Inglaterra), Génova (Italia) y Bombay (India).El presidente del grupo Euroflot recanoció ayer que tanto Astilleros del Atlántico como Ascon son empresas, rentables o en vías de serlo, si bien precisó que la "campaña de Prensa, de insultos y manifestaciones" producidos en las últimas semanas habían deteriorado la imagen de ambos astilleros, lo que, unido a las dificultades existentes para la obtención rápida de créditos para la construcción de buques, debido a "la inactividad de la Administración", y la exigencia de mayores garantías a las empresas navieras para obtener financiación del Banco de Crédito Industrial, hacían inviabler el mantenimiento a corto plazo de los citados astilleros.

La empresa Astilleros del Atlántico, que cuenta con una plantilla de 450 trabajadores a los que se une una treintena más en régimen de contratas, obtuvo en el pasado ejercicio unos beneficios superiores a los cien millones de pesetas. No obstante, el pasado mes de mayo la dirección del astillero anunció el cierre progresivo de sus instalaciones en un plazo que debería finalizar en 1984. Para ello adujo la ubicación de éstos -en pleno casco urbano- y la imposibilidad, en su opinión, de acogerse al decreto de reconversión del sector naval. La medida fue anunciada pocas semanas después de que el INI rechazase la opción de compra, por parte del grupo Euroflot, de los astilleros pertenecientes al sector público ubicados en Santander (Astander) y en Valencia (Unión Naval de Levante). En relación a este último, al que recientemente se le han concedido ayudas por importe de mil millones de pesetas por parte de la Administración, Slinin subrayó, que se trataba de "un gasto inútil", calificándolo de "medida política cara al 28 de octubre".