Los soldados israelíes ya sólo ocupan en Beirut oeste las instalaciones del puerto y del aeropuerto
El Ejército israelí se retiró ayer de madrugada, como había anunciado, de casi todo Beirut oeste, aunque mantiene una reducida presencia militar en el aeropuerto y en el puerto, donde ayer desembarcaron los setecientos paracaidistas italianos que forman parte de la fuerza multinacional. La evacuación total de las tropas israelíes quedará concluida el miércoles con la salida de los soldados destacados en el aeropuerto.
Las fuerzas armadas de Israel dieron ayer por terminada, al cabo de diez días, su ocupación del antiguo reducto de los palestinos y de la izquierda libanesa, y cedieron sus últimas posiciones al Ejército regular libanés, cuyos carros y vehículos blindados estacionan ahora en todas las grandes arterias de la ciudad.Las últimas horas de su estancia en Beirut oeste se caracterizaron, el sábado, por una multiplicación de los atentados antiisraelíes, "como si la población hubiese querido tributarles la despedida que se merecen", comentaba un redactor del diario izquierdista libanés As Safir. Pero los disparos de armas automáticas o anticarros contra posiciones o vehículos israelíes carecieron de eficacia, sólo un soldado resultó herido en un pie.
El Ejército libanés se hizo, por fin, con el control de todo el sector occidental de la capital, donde se encuentra el centro de la ciudad, y por segundo día consecutivo llevó a cabo numerosos controles de identidad en una aglomeración urbana cada día más animada. Sólo durante la jornada del sábado los militares libaneses detuvieron en Beirut oeste, según la Prensa local, a trescientas personas, y decidieron expulsar del país a otras 346. Centenares de kurdos con pasaporte turco y decenas de palestinos que carecen de permiso de residencia en Líbano, o cuyo permiso ha caducado, fueron subidos ayer, a veces con modales algo violentos, a camiones del Ejército libanés para ser interrogados en sus dependencias.
Este intento de poner orden tras ocho años de anarquía conlleva también la destrucción por el Ejército de numerosas tiendas-chabolas y de algunas casas de uno o dos pisos construidas en la periferia sur en terrenos ilegalmente ocupados.
En el marco de la operación tendente a controlar a la población extranjera en Líbano, que representa, aproximadamente, la quinta parte de la libanesa, el ministro de Asuntos Exteriores, Fuad Butros, ha enviado una circular a los embajadores acreditados en Beirut pidiéndoles que le comuniquen la lista de sus ciudadanos residentes en el país. Las Embajadas libanesas en el extranjero deberán conceder visados para Líbano con criterios más rigurosos.
Después de muchas tergiversaciones, y ante la aparente promesa israelí de evacuar el puerto de Beirut, las autoridades italianas tomaron ayer la decisión de ordenar a sus dos barcos, que navegaban en aguas territoriales libanesas, que atracasen y desembarcasen por la mañana a 450 paracaidistas, y a otros 250 por la tarde.
Más prudentes, los ochocientos marines norteamericanos sólo tocarán tierra hoy, junto con los cuatrocientos hombres del último contingente francés, cuando haya sido comprobada la retirada de los treinta soldados israelíes que aún permanecen en el puerto y que afirman formar parte de una "unidad médica", a pesar de estar equipados con tres carros de combate M 113 y varios blindados.
Como ya ocurrió el jueves pasado, cuando desembarcaron los paracaldistas galos, los militares israelíes se acercaron ayer a escasos metros del barco de transporte italiano Canguro Blanco y el embajador de Italia, Franco Lucioli Ottieri, tuvo que intervenir personalmente para convencerles de que se alejasen.
Mientras el diplomático calificaba su presencia de "inoportuna y arrogante", los militares hebreos regresaron a su "unidad médica",
situada a unos 150 metros del lugar de desembarco, desde donde hicieron algunas fotografías.
Presencia en las afueras
Si la treintena de soldados israelíes del puerto tenían previsto retirarse definitivamente ayer, las tropas estacionadas en el aeropuerto sólo lo harán el miércoles, lo que significa que los vuelos aéreos civiles podrán reanudarse a Finales de la semana, cuando la fuerza multinacional, por ahora acuartelada en escuelas o dependencias de sus respectivas embajadas, haya acabado su despliegue. La presencia militar israelí sigue siendo, sin embargo, masiva en las afueras de Beirut.
Antes incluso de iniciar su despliegue, algunas decenas de paracaidistas franceses de la fuerza multinacional han empezado a trabajar en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila, ayudando con sus bayonetas al Ejéricto libanés y a la protección civil -los detectores magnéticos son inutilizables- a localizar cadáveres sepultados de civiles palestinos asesinados durante la matanza perpetrada del 16 al 18 de septiembre. Ayer fue descubierta una nueva fosa común que contenía catorce cuerpos sin vida.
El sábado cuatro oficiales -un comandante irlandés, un capitán finlandés y dos sargentos norteamericanos- pertenecientes a la fuerza de observación de la ONU en la capital libanesa murieron al estallar una mina bajo su vehículo.
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