Esta semana puede firmarse el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional

Las negociaciones entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno de México para la concesión de un crédito de 4.500 millones de dólares van tan adelantadas que en fuentes mexicanas de absoluta solvencia se asegura que la firma del acuerdo podría producirse esta misma semana.Esta es la condición que la banca internacional ha puesto a México para renegociar su deuda exterior, que tiene un monto de ochenta mil millones de dólares. Una tercera parte está contratada con plazos de vencimiento inferiores a los doce próximos meses, lo que la convierte de hecho en impagable.

Las conversaciones entre el FMI y el Gobierno de México se iniciaron en agosto, después de que este último decretara una moratoria de tres meses para pagar los capitales de su deuda extema, aunque en líneas generales ha hecho frente a los intereses pendientes.

Durante las últimas semanas, en los medios informativos mexicanos y en los sectores sindicales más radicalizados se desató una campaña contra las exigencias del FMI, que se interpretaron como una injerencia inadmisible en la política interna. Pero el Gozbierno ha sido consclente en todo momento de la absoluta necesidad de llegar a un acuerdo para salir de su bache económico actual.

Casi nada se sabe aún sobre el contenido de la carta de intenciones que podría firmarse antes del uno de octubre, fecha en la que López Portillo se dirigirá a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. Inicialmente se aseguró que el Fondo Monetario Internacional exigía a México una reducción del 6% en el gasto público, para disminuir así su tremendo déficit presupuestario, que llega al 15% del producto interno bruto, tres veces más de lo que se considera ya un nivel peligroso en las economías occidentales.

Es probable que esa exigencia del fondo haya sido rebajada en el curso de las negociaciones hasta un 4%, pero en cualquier caso esto supone ya la aplicación de un severo programa de austeridad, equivalente a un crecimiento cero de su economía y a una moderación salarial.